El Madrid, humillado en Champions: un Arsenal sublime destroza a los blancos (3-0)

El Real Madrid quedó claramente superado, sin opción y humillado en el Emirates Stadium por un brillante Arsenal, que se impuso con contundencia por 3-0 en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones. El conjunto inglés firmó una segunda parte sobresaliente y demostró que está preparado para competir al máximo nivel europeo, mientras que el vigente campeón ofreció una imagen desdibujada, carente de ideas y de intensidad.

Londres vuelve a ser un escenario gris para el madridismo. Tras la eliminación del equipo femenino en la capital inglesa semanas atrás, el conjunto masculino vivió una noche para olvidar ante un rival que lo dominó en casi todos los aspectos del juego.

La segunda mitad fue una exhibición del equipo de Mikel Arteta, que combinó precisión táctica, agresividad ofensiva y un despliegue técnico notable. Dos golazos de Declan Rice a balón parado y un tanto de Mikel Merino sentenciaron un duelo en el que incluso el marcador se quedó corto para lo visto sobre el césped.

El Real Madrid, sin apenas presencia ofensiva, sufrió atrás y fue incapaz de generar peligro real más allá de una oportunidad aislada de Mbappé en la primera mitad. El tridente ofensivo pasó desapercibido, con un Vinícius errático, un Rodrygo intrascendente y un Bellingham que sólo ofreció destellos esporádicos.

Ancelotti intentó sorprender con un once poco habitual, colocando a Valverde y Alaba en los laterales y confiando en Modric para manejar el ritmo junto a Camavinga. Pero el plan no surtió efecto: el Arsenal se adueñó del juego desde el inicio, con Saka desbordando constantemente por la banda y los gunners imponiendo su ritmo con autoridad.

Aunque el Real Madrid logró resistir en el primer tiempo gracias a Courtois y alguna intervención salvadora en defensa, en el segundo acto el equipo se descompuso. Rice abrió el marcador con un sensacional lanzamiento de falta que superó a Courtois, y poco después repitió con otro golpeo magistral, que se coló por el ángulo. El tercer gol, obra de Merino tras una desatención defensiva, dejó claro que los londinenses fueron muy superiores en todos los aspectos del juego.

El Arsenal, sólido atrás y letal arriba, no solo dominó, sino que fue paciente y eficaz. Si bien el marcador refleja su superioridad, el desarrollo del partido indica que incluso pudo haber ampliado su ventaja. El conjunto inglés demostró ser un equipo completo y en plena madurez competitiva, mientras que el Madrid mostró una preocupante falta de chispa y recursos.