El Bitcoin consume más energía que muchos países, según un estudio de la ONU
Este hecho plantea preocupaciones sobre su impacto ambiental y la necesidad de una mayor sostenibilidad en el mundo de las criptomonedas
La minería de la criptomoneda Bitcoin consume más electricidad que muchos países densamente poblados, según un informe reciente de las Naciones Unidas. El estudio, liderado por Kaveh Madani del Instituto de Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de las Naciones Unidas en Hamilton, Canadá, advierte sobre las preocupantes implicaciones ambientales y climáticas de esta creciente demanda energética.
El informe pronostica que en 2023 se necesitarán más de 135 teravatios-hora (TWh) para el proceso de minería de Bitcoin. La mayoría de esta electricidad proviene de fuentes de energía fósil, lo que contribuye significativamente a la huella de carbono de la criptomoneda. Esta cifra supera el consumo de electricidad de países enteros, como Pakistán.
La minería de Bitcoin se asemeja a la extracción de oro en la industria minera tradicional. La producción se basa en la tecnología de la cadena de bloques, donde las transacciones se registran como bloques de datos encriptados. Los "mineros" utilizan potentes computadoras para verificar y procesar estas transacciones, generando nuevos bloques que se agregan a la cadena. Este proceso requiere una cantidad sustancial de energía.
Según el estudio, en el período de dos años entre 2020 y 2021, la minería de Bitcoin consumió 173 TWh, un aumento del 60% en comparación con el período de 2018 a 2019. Esto se basa en datos proporcionados por el Índice de Consumo de Electricidad de Bitcoin de Cambridge.
Un hallazgo preocupante es que el 67% de la electricidad utilizada en la minería de Bitcoin durante el período 2020-2021 se originó en fuentes de energía fósil. Mientras que la energía hidroeléctrica, como la principal fuente de energía renovable en la red de minería de Bitcoin, contribuyó con alrededor del 16% de la demanda eléctrica. Este alto consumo de energía y el uso de fuentes de energía no renovable tienen un impacto significativo en el medio ambiente y el cambio climático.
El estudio también resalta el consumo de agua asociado con la producción de Bitcoin, estimando que durante el período 2020-2021 se utilizaron aproximadamente 1.65 kilómetros cúbicos de agua. Esta cantidad sería suficiente para abastecer a más de 300 millones de personas en áreas rurales de África subsahariana o llenar más de 660,000 piscinas olímpicas.
Además, durante el mismo período, se emitieron alrededor de 86 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) debido a la minería de Bitcoin. Estas emisiones contribuyen al cambio climático y sus efectos adversos.
Este informe destaca la necesidad de abordar la huella ambiental de la minería de Bitcoin y encontrar formas más sostenibles de generar la criptomoneda. La comunidad global se enfrenta a un desafío importante en la búsqueda de soluciones para mitigar el impacto ambiental de la creación de Bitcoin.
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