¿Qué es un apagón informático y qué ha ocurrido exactamente en los aeropuertos?

Las aerolíneas experimentaron retrasos en vuelos de largo alcance, especialmente en rutas transatlánticas y con destino a Asia

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Paneles de llegadas y salidas en el aeropuerto de Josep Tarradellas Barcelona - El Prat | Europa Press

 

El reciente apagón tecnológico, originado por un fallo en la plataforma CrowdStrike, dejó una estela de disrupciones a nivel global, afectando a múltiples sectores e industrias. Desde aeropuertos hasta servicios sanitarios, la normalidad comienza a restablecerse tras los eventos que paralizaron parcialmente el funcionamiento de diversas entidades.

La normalidad ha comenzado a regresar gradualmente a los aeropuertos y empresas tras el apagón tecnológico que afectó a Microsoft. En España, los aeropuertos han recuperado su operativa habitual, permitiendo que las aerolíneas y los pasajeros retomen sus actividades regulares. Además, las empresas de otros sectores no relacionados con la aviación también están restableciendo su ritmo normal de trabajo.

El origen del apagón se atribuyó a un fallo en la plataforma CrowdStrike. Este problema técnico desencadenó una serie de interrupciones en diversos sistemas y servicios, impactando significativamente a múltiples industrias alrededor del mundo.

Las aerolíneas experimentaron retrasos puntuales en vuelos de largo alcance, especialmente en rutas transatlánticas y con destino a Asia. Los vuelos de corto y medio radio, aunque inicialmente afectados, ya han solventado la mayoría de las demoras. Además, se realizaron esfuerzos para reubicar a los pasajeros que se vieron perjudicados por cancelaciones o pérdidas de vuelos, minimizando así el impacto negativo en los usuarios.

 

Afectaciones en España

En España, el impacto fue considerable, con la cancelación de 400 vuelos y la gestión manual de facturación y embarque en los aeropuertos. A las 14:30 horas, ya se habían cancelado 105 vuelos, dejando a miles de pasajeros en una situación de incertidumbre y retraso.

Aena activó de inmediato sus sistemas de contingencia para mitigar el impacto del incidente. El Ministro de Transportes, Óscar Puente, elogió la rápida y eficaz respuesta de Aena en medio del caos. Sin embargo, la situación también llevó a Ryanair a advertir sobre posibles retrasos adicionales, y se emitieron alertas similares en varios aeropuertos europeos, incluidos Berlín, Ámsterdam, Edimburgo, Dublín y Praga. La magnitud del problema subrayó la interconexión global de los sistemas de transporte aéreo y la vulnerabilidad frente a fallos tecnológicos internacionales.

 

Afectaciones en todo el mundo

Más de 21,000 vuelos sufrieron retrasos a nivel mundial debido al apagón. Aena logró mantener operativa toda su red de aeropuertos, aunque se registraron 400 cancelaciones de un total de 5,600 vuelos programados (6.5%). En la red de Eurocontrol, el 45.9% de los vuelos llegaron con menos de 15 minutos de demora. En territorio español, el 56% de los vuelos llegaron con más de 15 minutos de retraso, evidenciando un impacto considerable en la puntualidad de los vuelos.

El apagón tecnológico no solo afectó a la aviación, sino que también tuvo repercusiones significativas en otros sectores empresariales. Las instituciones financieras experimentaron interrupciones en sus operaciones. Amazon reportó retrasos en la distribución de sus productos, afectando su cadena logística. Renault tuvo que detener la producción en sus plantas de Maubeuge y Douai en Francia debido a la falta de piezas, lo que demuestra el efecto dominó del apagón en la cadena de suministro.

Los servicios sanitarios en países como Reino Unido, Estados Unidos y Australia también se vieron gravemente afectados. La interrupción de sistemas llevó a la suspensión de intervenciones quirúrgicas y citas médicas, creando un desafío significativo para los profesionales de la salud y los pacientes.

 

Precedentes

Este apagón informático que ha afectado el funcionamiento de los aeropuertos tiene precedentes en España y en el mundo. Por ejemplo, en 2018, British Airways sufrió un ciberataque que provocó la cancelación de más de 400 vuelos y afectó a más de 75,000 pasajeros. Este ataque expuso deficiencias en los sistemas de TI de la aerolínea y subrayó la necesidad urgente de mejorar las medidas de seguridad cibernética. Otro incidente notable ocurrió en 2019 con Lufthansa, cuando un fallo en su sistema de reservas resultó en la cancelación de alrededor de 1,300 vuelos y causó caos en los aeropuertos debido a problemas con el check-in y la reprogramación de vuelos.

Un fallo en el sistema de control de tráfico aéreo en Francia en 2017 demostró cómo los problemas técnicos pueden tener efectos en cadena sobre el tráfico aéreo en todo el continente. Este incidente causó retrasos y cancelaciones significativas en varios aeropuertos europeos, destacando la dependencia crítica de sistemas informáticos en la gestión del tráfico aéreo. Similarmente, en 2022, un fallo en el sistema de gestión de Aena en España provocó retrasos y problemas operativos en los aeropuertos españoles más importantes, revelando la vulnerabilidad del sector a problemas tecnológicos.

A nivel nacional en España, la huelga de controladores aéreos en diciembre de 2010 presentó un escenario de paralización casi total del espacio aéreo español, resultando en la cancelación de miles de vuelos y la congestión en los aeropuertos. Aunque no fue un fallo técnico, el impacto fue comparable al de un apagón operativo, demostrando cómo conflictos laborales pueden tener efectos igualmente disruptivos para el transporte aéreo.

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