José Luis Bonet da las claves de un buen liderazgo con "las tres T": "Talento, trabajo y tenacidad"

José Luis Bonet, nacido en Barcelona en 1941, ha dedicado su vida al mundo académico y empresarial. Desde su nombramiento en 1966 como director comercial de Freixenet, ha participado directamente en el crecimiento y expansión de la empresa familiar hasta llegar a la presidencia del grupo en 1999.

En la actualidad ocupa la presidencia de honor del Grupo, cargo que compagina con la presidencia de la Cámara de Comercio de España y la participación como miembro del Senado de CEDE. Doctor en Derecho por la Universidad de Barcelona y premio extraordinario en Doctorado, José Luis Bonet ha sido, durante 49 años profesor de Economía Política y Hacienda Pública al tiempo que ha estado al frente de diversas organizaciones, cuya finalidad es ayudar y concienciar sobre la importancia de incrementar la presencia de las marcas españolas en mercados exteriores. 

En esta entrevista, realizada por Fundación CEDE dentro del proyecto Liderando en Positivo, Bonet destaca que un buen líder debe tener talento, trabajo, tenacidad, afán de servicio y empatía. Asimismo, valora el papel clave de los directivos en la transformación económica de España y destaca el apoyo de las Cámaras de Comercio a la competitividad e internacionalización de las empresas y pymes. También hace hincapié en la importancia de la formación continua y la internacionalización para garantizar la competitividad en un entorno global.

Desde su experiencia en el terreno empresarial y económico, ¿qué cualidades debe tener un buen líder?

Un buen líder debe tener lo que yo llamo las tres T: talento, trabajo y tenacidad. Con esto, cualquier persona, entidad o institución puede tener éxito. Además de esto, el líder debe tener un afán de servicio. Y, de alguna manera, la empatía suficiente para convencer a la gente.

¿Cómo valora el papel de los directivos?

En España los directivos juegan un papel clave en loque ha sido la transformación, desde el punto de vista económico y social. Si España en el momento de la transición tenía un PIB per cápita de 1.000 €, ahora estamos cerca de 30.000. Esto lo han hecho las empresas; y las empresas son los empresarios, son los directivos, son los trabajadores y son todos los stakeholders. Por tanto, yo creo que el papel de los directivos es fundamental, y el hecho de que se haya tenido la visión de aglutinarlos en una institución como CEDE es un gran acierto, porque los directivos son esenciales para el progreso de España.

¿Cómo valora el estado actual de la economía española y qué papel juegan las cámaras de comercio en su desarrollo y recuperación?

Las cámaras de comercio tienen varias funciones. Una función es la de ayudar a las empresas, tanto
grandes como pequeñas, a mejorar su competitividad. Esto encierra todos los ámbitos que tienen relación con lo anterior, desde la sostenibilidad a la digitalización o la formación. Es decir, todos los elementos que permiten mejorar las empresas.

La segunda función que cumplen es la de la internacionalización. En un momento en que la globalización es un hecho, las empresas tienen que adaptarse. Esto lo hacen los empresarios, evidentemente, pero también los directivos que están en la primera trinchera por el mundo. Nosotros vamos a impulsar junto al Foro de Marcas Renombradas y junto a CEDE, con apoyo del ICEX, una Fundación, Conexión España, que aglutine, de servicio y visibilice ante la sociedad lo que hacen estas personas, que son claves para el progreso de España.

Otra de las funciones de las Cámaras es la defensa institucional. Además de la función consultiva con las administraciones, que permite la cooperación públicoprivada, las Cámaras tienen que ir más allá y defender las instituciones que han permitido el progreso de España en los últimos casi 50 años. Es la Constitución del 78 la que consagra estas instituciones, que, de alguna manera, constituyen el sistema: la democracia, la monarquía parlamentaria, la separación de poderes, el Estado del bienestar, el Estado de las autonomías, el Estado social de mercado, donde la empresa es la pieza clave y dentro de la empresa, son los directivos la pieza clave. 

Next Generation EU representa una oportunidad histórica para la economía europea, ofreciendo un paquete de recuperación sin precedentes para mitigar los impactos económicos de la pandemia de COVID-19. ¿Cuáles son las principales iniciativas o proyectos que se están implementando en España bajo este programa? 

Aquí se trata de la transformación del tejido productivo español, porque las empresas españolas se tienen que adaptar a los retos que tenemos por delante (sostenibilidad, digitalización, formación del talento, internacionalización como apertura al mundo…). Las grandes empresas tienen recursos propios para hacerlo; pero, las pymes no lo van a hacer sin ayuda. Y las Cámaras estamos para ayudarlas.

En definitiva, que se puede hacer, lo demuestra uno de los programas clave de la Next Generación, que es el kit digital, la digitalización de las pymes, que de hecho la Cámara de Comercio Hispana es entidad colaboradora, y, por tanto, las 84 cámaras que Territoriales de Comercio están contribuyendo al desarrollo de este proyecto. En este momento, es un programa que tiene un monto de más de 3 mil millones de euros. Se lleva prácticamente la mitad adjudicado, casi 400.000 pymes han entrado por la senda digital y quedan tres años por delante.

En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental y social de las actividades comerciales, ¿cómo está promoviendo la Cámara de Comercio prácticas de negocio sostenibles entre sus miembros? 

La Cámara de Comercio trabaja para mejorar la competitividad de las empresas en su conjunto, por supuesto, también las pymes. Además de esto, ayudamos en la apertura de estas al mundo, para adaptarse a la globalización, que es su propia internacionalización. 

También estamos contribuyendo a formar a la gente, tanto a empresarios como directivos y trabajadores. En los años que lleva la Cámara de Comercio ya son más de 1 millón de operaciones de formación. Medio millón debe ser de creación de empresas, porque las empresas al final son la pieza clave del progreso del país y el principal escudo social para la gente. Y en ese sentido, las empresas deben rearmarse desde el punto de vista de la de la competitividad. 

Me parece que nuestro trabajo no solo se queda ahí. Estamos incorporando al mundo del emprendimiento a las mujeres -que hay un programa especial para esto-, a las personas mayores y, particularmente, estamos muy satisfechos de cómo se desarrolla un programa para recuperar ninis, es decir, chicos y chicas que no han hecho nada en su vida, que no tienen la formación mínima para desarrollarse. Tenemos un programa que los forma, y la buena noticia es que el 50% se salva.

La innovación y el talento son claves para mantenerse competitivo en el mercado global. ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las empresas españolas en este ámbito y cómo las está apoyando la Cámara?

La Cámara tiene 46 cámaras en el exterior, hay 46 cámaras de España en el mundo, es una plataforma
fundamental para apoyar a las empresas que se internacionalizan. Cuando uno sale por primera vez, tiene que buscar agarraderos, porque las cosas no son fáciles. Las cámaras prestan un servicio valiosísimo. En ese sentido, hay que decir que ni siquiera estamos a mitad del recorrido de internacionalización de las empresas españolas. Las grandes sí, incluso algunas son líderes en el mundo en sus sectores. Pero muchas de las pymes empezaron en el año 2008. Entonces, estas tienen que afianzarse, continuar y progresar. Sin embargo, hay muchas otras que todavía no han salido, y hay que ayudarlas a internacionalizarse. Al final, esto no es fácil, debe hacerse con prudencia, como es lógico, pero debe hacerse. Y en este momento especialmente, porque entramos en una etapa en que va a ser absolutamente necesario poner a tope todas nuestras potencias.

Con el cambio constante en las demandas del mercado laboral, ¿cómo está la Cámara de Comercio abordando la brecha de habilidades y fomentando la formación continua?

Nosotros desarrollamos muchos programas de formación profesional. Afortunadamente, alguno de Formación Profesional dual, que es la mejor manera de hacerlo. Ahí hay mucho camino a recorrer todavía. Por tanto, tenemos que procurar que haya más formación profesional dual continua, es decir, que durante toda la vida haya etapas de reciclaje, o de abrir nuevos horizontes. En consecuencia, no hay que parar en esto, porque el talento es lo más importante.

En el contexto actual de cambios en los acuerdos internacionales, ¿cuál es la postura de la Cámara de Comercio de España respecto al comercio exterior y cómo está asesorando a las empresas españolas para navegar este panorama?

Ciertamente estamos en un tiempo en que, sobre todo desde la geopolítica, se crea una gran incertidumbre
de futuro, y esto hace que haya empresas que se retraigan. Creo que lo acertado es continuar el proceso de apertura al exterior, de internacionalización, con prudencia siempre, pero hacerlo, no ponerse a la defensiva en momentos que esto sería equivocado.

Para finalizar, ¿Qué consejo les daría a las nuevas generaciones?

Lo primero, que tengan claro el propósito de su vida. Eso es fundamental. A partir de ahí, valores que les
permitirán alcanzar el propósito, empezando por el esfuerzo, el afán de superación, el afán de logro, el trabajo en equipo, en definitiva, la resiliencia. Valores que son fundamentales para cualquier persona, pero especialmente para los que quieren dedicarse al mundo de la empresa y, además de esto, una cierta osadía en el sentido de que no deben jugar a partir de la pusilanimidad, sino desde un cierto optimismo. Es decir, tienen que pensar que sin optimismo es difícil hacer las cosas y que ahí añadan un poco de entusiasmo.