El proceso de la opa hostil de BBVA sobre el Banco Sabadell ha entrado en una nueva fase de incertidumbre. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha concluido la primera fase de análisis sin emitir un dictamen definitivo, lo que ha llevado a la apertura de una segunda fase.
Esta decisión implica más tiempo para evaluar las condiciones de la operación y plantea dudas sobre el calendario previsto. Ahora, será la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la que deberá tomar la próxima decisión, generando más incertidumbre en los mercados.
Este miércoles, ambas entidades bancarias experimentaron leves caídas en bolsa, en torno al 0,2%, en un contexto de volatilidad para el Ibex 35. A pesar de que la autorización por parte de la CNMC es casi segura, se desconoce si impondrá condiciones (conocidas como "remedies") que afecten la rentabilidad de la operación.
BBVA, que siempre ha considerado improbable esta posibilidad, ha advertido que podría retirar la oferta si las condiciones fueran demasiado restrictivas y comprometieran la creación de valor para sus accionistas.
En esta segunda fase, Banco Sabadell, así como otros interesados, podrán presentar alegaciones. Se espera que las comunidades autónomas, especialmente Catalunya y la Comunidad Valenciana, se posicionen en contra de la operación, esgrimiendo preocupaciones sobre competencia y el impacto en las pymes. Los asesores de ambas entidades intensificarán sus esfuerzos para influir en el proceso, ya que la aprobación de la CNMC es un paso necesario para que la compra se concrete.
A la complejidad de la operación se suma la incertidumbre en la CNMV, cuya decisión se espera en un contexto de cambio en la presidencia del organismo. Rodrigo Buenaventura, actual presidente, dejará su cargo el 16 de diciembre para unirse al Consejo de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO), y aún no se conoce a su sucesor. Esta transición añade más presión a la situación, especialmente porque BBVA desea que el periodo de aceptación de los accionistas del Sabadell comience cuanto antes, mientras que Sabadell prefiere esperar a que la CNMC finalice su análisis.
El debate se centra en la importancia de que los accionistas cuenten con toda la información antes de decidir, aunque la autorización final del Ministerio de Economía también será necesaria. Si la operación avanza, BBVA se convertirá en el segundo mayor banco español y el tercero de Europa por balance. Sin embargo, la incertidumbre sobre las condiciones de la operación podría extender el proceso hasta la segunda mitad del próximo año, como sugieren algunos analistas.
En este contexto, la prima ofrecida por BBVA se ha reducido, mientras que Sabadell sigue mostrando un crecimiento en sus cifras financieras. La batalla, por tanto, no solo es económica, sino también estratégica, con ambos bancos trabajando intensamente para inclinar la balanza a su favor en esta OPA que transformará el panorama bancario español.
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