Rosa Alarcón: "Ya me comporto como ciega al 100% y en este sentido, la ONCE ha sido una salvación"
Catalunya Press habla con la ya ex política para hacer balance de su trayectoria y sobre su nueva vida, lejos de la actividad que le ha ocupado en las últimas tres décadas, por culpa de una enfermedad que hace que se le cierren los ojos
El pasado 29 de agosto Rosa Alarcón anunció, con una publicación en su perfil de Twitter, que dimitía de sus cargos en el Ayuntamiento de Barcelona por una enfermedad, el síndrome de Meige.
Una semana después, Catalunya Press habla con ella para hacer balance de su trayectoria y sobre su nueva vida, lejos de la actividad que le ha ocupado en las últimas tres décadas.
- Han pasado unos días desde que presentó su dimisión. ¿Cómo está?
Me había preparado muy psicológicamente. Las vacaciones de verano me han servido para hacer una reflexión profunda, y por tanto puedo decir que estoy bien, fuerte. Me ha costado mucho tomar la decisión, pero ahora estoy siendo consecuente con ella y salgo adelante.
- La enfermedad que sufre ya hizo que renunciara, de forma temporal, a su trabajo como concejal de Horta-Guinardó el pasado año. ¿Hay alguna posibilidad de que vuelva?
Fue durante 6 meses, y eso me sirvió para hacer el duelo. Yo quería continuar, pero los médicos me pidieron que me detuviera. No hay posibilidad alguna de que vuelva a ocupar un cargo en el futuro, está completamente descartado.
- Barcelona ha hecho un cambio de rumbo, con el PSC recuperando la alcaldía después de más de una década de gobiernos de Xavier Trias y Ada Colau.
Es una buena noticia para la ciudad. Estoy convencida de que los socialistas llevamos en el ADN los gobiernos municipales, la política municipal. Personalmente es lo que he hecho durante los últimos 30 años, y vuelvo a decir que haber conseguido recuperar la alcaldía es una excelente noticia para Barcelona.
- En el último mandato había sido concejala de Horta-Guinardó y desde la investidura de Jaume Collboni habría cambiado de distrito para ir a Nou Barris. ¿Qué es lo que más le gusta de esta política tan de proximidad?
El contacto con vecinos y vecinas, que es cuando ves que el trabajo que realizas tiene sentido. Porque ayudas a la gente y tienes la capacidad de conseguir barrios mejores. Y esto, aunque sea difícil y requiera trabajo, es lo que más me gusta. Además, creo que el 90% de los golpes que los vecinos nos reivindican algo tienen razón, otra cosa son las formas o posibilidades que haya para solucionarlo o no.
Estar con la gente y que incluso me hagan cambiar de opinión. Vivo en Sant Genís dels Agudells y tengo un contacto muy estrecho y directo con ellos. Hay más de 3000 vecinos que tienen mi número de teléfono y esto va más allá de ideologías.
- También ha ocupado cargos de una enorme responsabilidad para la ciudad, como la concejalía de Movilidad y la presidencia de TMB. ¿Cómo valora la movilidad que tiene ahora Barcelona?
Es un espacio en el que debes estar en constante pacto de intereses de los diferentes movimientos que existen en la ciudad. Tienes que estar muy encima siempre, porque varía y debes estar en constante gobernanza. Ha habido momentos dulces y otros más amargos, como ocurre en cualquier ámbito. Lo que hace falta es tener claro son las líneas y pienso que el Ayuntamiento las tiene claras. En la pirámide de la movilidad, lo primero es el peatón, porque todos, en un momento u otro, lo somos. El otro agente fundamental es el transporte público, porque es colectivo y el que menos contamina.
Pienso que el futuro de la movilidad debe responder a por qué nos movemos y no tanto a cómo nos movemos, y que el por qué sea lo más sostenible posible. Para mí existen tres aspectos básicos: la movilidad laboral, la movilidad escolar y la movilidad de mercancías. Y el reto es encontrar la forma de que confluyan, compartan espacio y que esto no vaya en detrimento de los peatones.
- ¿Es el mayor reto que ha tenido en su trayectoria?
Para mí, cualquier función que haya tenido ha sido un reto importante y sin duda ha sido uno de los mayores.
- Y ahora había asumido la concejalía de Comercio, explicando que el de Barcelona es "un modelo de éxito pero que debe modernizarse". ¿En qué?
Hay un movimiento de fondo, que es el comercio electrónico, que ha venido para quedarse y debemos ver cómo, con las herramientas que da y que mejora la vida, hacer que las aproveche el comercio de proximidad. Que avance en la digitalización. Pienso que es fundamental.
- ¿Qué es lo que echará de menos de la política? Y la pregunta contraria, ¿hay algo que se alegre de dejar de hacer?
Por suerte, todavía lo paso bien en todas partes. Honestamente, la cantidad de horas de los plenos es lo más pesado, y más en mi caso que soy una persona partidaria de ir al trabajo. Lo que está claro es que el ritmo bajará, llevo 30 años trabajando casi siempre de lunes a domingo, pero tengo ganas de ver cómo cambia de ahora en adelante.
- El síndrome de Meige es lo que hace que su vida cambie. ¿Cuándo le diagnostican? ¿Qué sintió en ese momento?
No sabía ni que existía. Además, forma parte de una familia de enfermedades que de las que no había oído hablar, las distonías, de la que tampoco tenía ningún conocimiento. Tardaron un par de años en diagnosticarla, desde el primer momento en que tuve algún síntoma.
- ¿Cómo le está afrontando? Aparte del tratamiento, ¿ha buscado alguna ayuda?
Estoy entrando en este universo, poco a poco. Por ejemplo, formo parte de un grupo de WhatsApp con 14 mujeres. Nos encontramos cada 6 meses y nos sirve para ayudarnos mutuamente, apoyarnos, tener cuidados. Seguramente crearemos alguna asociación, debemos acabar de verlo.
- ¿En qué punto de evolución de la enfermedad se encuentra? ¿Tiene algunas dificultades en su vida diaria?
El problema es que no sabemos cuál es su evolución, poco se sabe. Sé lo que me ocurre ahora, en estos momentos se me cierran 40 o 50 veces los minutos cada hora, pero no qué me va a pasar más adelante, cómo evolucionará... no se sabe, está poco investigada. Tengo problemas para leer, no puedo ver la televisión, no puedo conducir... Son cosas que ya no puedo hacer, al igual que andar sola por la calle, que necesito un bastón.
Lo he incorporado, porque ya me comporto como ciega al 100% y en este sentido, la ONCE ha sido una salvación, tanto para mí como para todo el grupo. Nos están dando las herramientas para poder aprender y hacer la vida lo más normal posible dentro de nuestras posibilidades.
- Entonces... ¿cómo es un lunes o un martes cualquiera en la vida de Rosa Alarcón?
Lo veremos a partir del día 28 (de septiembre). Tendré que hacer algún tipo de rutina diaria y habrá una parte de estar en casa y hacer cosas, tiempo para descansar, quedar con los vecinos y vecinas de mi barrio, porque quiero implicarme con la asociación... Lo que seguro que no voy a tener es la vida tan cronometrada como hasta ahora... Tendré más libertad y tiempo de improvisación, que está muy bien. No saber qué haré al día siguiente también me apetece.
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