"Ni la justicia ni la prosperidad llegan nunca a una nación si la otra mitad está subyugada", afirma la activista iraní Ryma Sheermohammadi

CatalunyaPress ha entrevistado a la activista iraní, que no puede volver a su país por estar bajo amenaza, para hablar sobre el papel de la mujer en Irán, la revolución de la sociedad y el papel de Irán en el conflicto entre Israel y Palestina

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Ryma Sheermohammadi / Juan Pablo, Universitat Abat Oliva

Ryma Sheermohammadi es una activista que lucha por los derechos de las mujeres y las minorías en Irán. A pesar de crecer en Arabia Saudí, desde hace más de 30 años vive en España, donde estudió traducción como forma de mantener sus lazos con sus orígenes. Actualmente, trabaja como traductora e intérprete del persa, y está involucrada en proyectos europeos cuyo eje es el activismo iraní. 

 

Este martes ofreció una conferencia en la Universitat Abat Oliba, ‘Los derechos de las mujeres en Irán: un grito por la justicia’. Aprovechando la ocasión, CatalunyaPress ha entrevistado a Sheermohammadi para hablar sobre el papel de la mujer en el pueblo iraní, la revolución de la sociedad y el papel de Irán en el conflicto entre Israel y Palestina. 

 

  • Hace 30 años decidisteis venir de Arabia Saudí a España. ¿A qué se debió este traslado?

 

Mis padres emigraron de Irán y se fueron a Arabia. Mi madre fue contratada por la familia del rey de Arabia Saudí y trabajó como modista para ellos, pero pronto se enamoró de la cultura árabe y su sueño siempre había sido que aprendiéramos la lengua y que realmente pudiéramos hablarle a las compañeras de clase sobre la importancia de que las chicas estudiaran. En mi generación, las niñas se casaban con 12 o 13 años. Para mí era muy doloroso, no lo podía entender.

 

Mi madre estaba muy involucrada en todos los procesos de enseñar a que las mujeres fueran económicamente independientes y demás, pero Irán dijo que iba a exportar el modelo de la Revolución Islámica a los países vecinos, una declaración que fue muy amenazante, y por eso no le renovaron el permiso de residencia a mi padre. Entonces teníamos la posibilidad de quedarnos tan solo mi madre y nosotras, pero decidieron venir a España porque habían comprado un piso aquí.

 

Si no hubiera sido así, hubiéramos vuelto a Irán, y en esa época detenían y perseguían a los baha'is, que es la comunidad iraní de la que mi familia y yo formamos parte, pero el primo de mi madre había sido asesinado justo en aquellos años. Fue un cobijo llegar aquí. 

 

  • ¿Fue fácil la adaptación?

 

Yo tenía unos 14 años. El primer año fue difícil porque mi madre falleció tres días después de empezar el instituto y me afectó mucho a nivel emocional, pero enseguida encontré muchas familias increíblemente buenas. La vida te quita algo, pero siempre te pone como 15 cosas para que veas que no se acaba todo. Fue una época difícil, pero me abrió un universo muy bueno. 

 

 La vida te quita algo, pero siempre te pone como 15 cosas para que veas que no se acaba todo.

 

  • ¿Estudiar traducción era una forma de mantenerte ligada a tus orígenes?

 

Para mí, era una manera de acercar a gente. Cuando traduzco, intento realmente que haya un acercamiento. El idioma sirve para comunicarse, pero lo que hace la traducción es unir más a las personas por transmitir los mensajes. Creo que en parte era eso y, por otra, aprovechar las lenguas que había aprendido. 

 

También había esa posibilidad de ver otros países, los orígenes... Aprendí el árabe antes que el persa y entonces tengo una mirada distinta, quizá por todo el tema de la inmigración, acerca del tema de las lenguas. 

 

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Ryma Sheermohammadi y la periodista, Helena Celma / Juan Pablo, Universitat Abat Oliva
  • Tu activismo se basa en la defensa de los derechos de las mujeres y las minorías iraníes. ¿Cuál es la situación de estos dos grupos en Irán?

 

Ahora mismo es terrible porque se han dado cuenta del poder real de las mujeres, que tampoco es algo nuevo porque es un proceso muy largo. Es un cambio de conciencia que requiere su tiempo y también que los hombres sean los aliados de las mujeres, que quizá este es el rasgo distintivo de este último año. Las mujeres salieron en protesta por lo que pasó a Mahsa Amini, pero enseguida los hombres iraníes se pusieron al lado de ellas y creo que esto hace que la sociedad de Irán sea realmente única. En ninguna parte del mundo se da eso. 

 

 

En las manifestaciones del 8M, aquí la mayoría son mujeres. Imagínate que un 8 de marzo deciden condenar a pena de muerte a un grupo grande de hombres porque salieron a la calle a protestar. A nivel mediático sería una bomba, porque sería una constatación de que la mitad de la población se ha dado cuenta de que ni la justicia ni la prosperidad llegan nunca a una nación si la otra mitad está subyugada. 

 

Fue un momento de despertar muy grande para Irán, pero cuando el Gobierno vio eso, endureció todas las medidas posibles contra las mujeres. Hace pocos días expulsaron a un montón de estudiantes universitarios de último año de Irán para fastidiarles, simplemente porque se habían posicionado a favor de las protestas de este último año. 

 

Acaba de aprobarse el Plan Nacional de Castidad y Velo en Irán, un plan que permite que una persona en la calle pueda detener a otra o acusarla si no lleva el velo en ausencia de la autoridad. Es decir, si no hay policía en la calle y tú no llevas velo, yo te puedo insultar, te puedo faltar el respeto, e incluso te puedo llevar a una comisaría y sería algo legal porque yo hago el trabajo de la policía para conservar el respeto al velo.

 

Lo más surrealista de todo es que el régimen iraní ha obligado a todas las tiendas de juguetes a que las muñecas lleven velo. Quieren que las niñas de pequeñas vean que esto es natural. Mi muñeca lleva el velo, yo quiero ser como mi muñeca, así que yo también lo voy a llevar. De esta manera las adoctrinan desde pequeña. 

El régimen iraní ha obligado a todas las tiendas de juguetes a que las muñecas lleven velo.


En cuanto a las minorías, muchos de los iraníes conversos al cristianismo están en la cárcel porque es un delito. En algunos casos, te pueden condenar a pena de muerte, ya que no puedes convertirte a otra religión siendo musulmán. Los que son de la minoría religiosa baha'i no pueden acceder a la universidad ni privada ni pública del país, ha habido una detención masiva de personas involucradas en proyectos sociales, a pesar de que es parte de su práctica religiosa. Tú tienes que pensar en cómo vas a servir a la sociedad en la que estás viviendo. Por ejemplo, a una chica le acaban de condenar a diez años de cárcel por educar a dos grupos de niños afganos, y le han condenado por hacer lo que en realidad debería hacer el Gobierno, y tan solo tiene 34 años. 

 

Cuando ves la sociedad iraní y ves el precio que están pagando, entonces te das cuenta que no es un país cualquiera, es muy complejo. 

 

  • Con la Revolución Verde, el pueblo iraní se alzó para reclamar una mejora de las condiciones para las mujeres. ¿Crees que se consiguió algo?

 

Los reformistas pretendían, dentro de la línea del régimen islámico de Irán, crear algunas mejoras para las mujeres. Cuando fueron detenidos, condenados y demás, muchos iraníes se dieron cuenta de que el régimen no tolera ni siquiera a los reformistas. Por eso ahora los iraníes dicen "sí, protestamos por las mujeres, pero con un cambio de régimen", porque sino se interpretaría como un reformismo. Los iraníes están diciendo que lo que tiene que cambiar de raíz es el régimen, por eso es un estado de conciencia distinto y por eso la opresión ha sido mucho más severa que en el 2009. Ahora mismo hay 100 personas condenadas a muerte.

 

  • ¿Qué postura crees que adopta Occidente, la Unión Europea respecto a este contexto?

 

Cuando hubo esas protestas, muchos opositores iraníes pedían una y otra vez a la Unión Europea romper sus lazos diplomáticos con Irán y declarar la Guardia Revolucionaria Iraní como una organización terrorista. Esta Guardia es una institución creada por el régimen iraní para conservar la seguridad dentro y fuera de las fronteras, donde mantienen y financian a Hamás, entre otros grupos.

 

Irán aporta formación militar y económica a estos grupos, cuyo trabajo es desestabilizar los países de la zona. La Unión Europea hizo oídos sordos. De hecho, Josep Borrell fue una persona conocida y muy odiada en Irán porque alguien le preguntó si había escuchado las protestas del país, y él contestó "los gritos, gritos son, pero no van a cambiar las leyes". Los iraníes dijeron que se equivocaba porque este país mostraría al mundo que los gritos sí que cambian las leyes.


Unos meses más tarde, Europa está sintiendo el dolor de haber permitido que nada cambiara con el gobierno iraní. Está claro que Hamás no tendría todo lo que ha tenido si no fuera por la ayuda y el apoyo de Irán. Cuando se mantienen las dictaduras de la zona, todo el sistema se resiente. Siria no se ha recuperado, Irak no se recupera, Líbano está mal, Yemen no se ha recuperado, Irán está así, y Palestina ya lo estamos viendo. Los europeos deberían preguntarse cuál es el denominador común en todos estos conflictos, y en todos ellos sale el nombre de Irán.

Los europeos deberían preguntarse cuál es el denominador común en todos estos conflictos, y en todos ellos sale el nombre de Irán.

 

La Unión Europea ha decidido no apoyar la causa de las mujeres en Irán y mantener una dictadura que alimenta el terror y el miedo en la zona, que es pobre en recursos económicos, pero rica en minerales y economía. Las dictaduras que se han establecido lo han hecho con el apoyo de los países occidentales. Si hubieran apoyado para que hubiera una democracia potente en Irán, cambiaría completamente la zona. Las protestas de los sirios no prosperaron porque Irán mandó soldados para apoyar a Bashar al-Ásad. Los yemenís no se recuperan porque está Arabia Saudí e Irán librando una guerra ahí. Palestina no se recupera y muchos están pidiendo que los iraníes vayan al frente, pagando ellos el precio de lo que les está pasando a los palestinos en Gaza. El mundo tiene que abrir los ojos. 


 

  • El caso de Mahsa Amini marcó un antes y un después tanto para ti como para la sociedad iraní. 

 

Completamente. Ella es una chica que llega de una ciudad muy pequeñita para hacer unas compras con su hermano a Teherán. Según las declaraciones de las chicas que también estaban detenidas, le dieron muchos golpes fuertes en la cabeza dentro de la furgoneta de la Patrulla de la Moral porque ella dijo "pero si yo voy muy cubierta, ¿por qué me estáis deteniendo?". Dentro de la furgoneta le dieron los golpes y por eso, cuando llegó, a duras penas podía caminar y murió.

 

 

La gran mayoría de mujeres han sido en algún momento acosadas por la Patrulla de la Moral. Yo no conozco a nadie en Irán que no le hayan dicho "ven, ven" y le dan algodón y desmaquillante para limpiarse la cara. A mí me lo hicieron también hace 15 años y yo me estaba muriendo de miedo. Me llevaron a la furgoneta, me dijeron de todo y que me limpiara la cara. Este acto es tan humillante que aún lo recuerdo, y eso que fue un pequeño episodio de mi vida. Las mujeres iranís lo viven a diario. Por eso, que sigan saliendo sin velo, sabiendo que pueden ser condenadas a 10 años de cárcel, me parece heroico.

Que las mujeres sigan saliendo sin velo, sabiendo que pueden ser condenadas a 10 años de cárcel, me parece heroico. 

 

  • ¿Cuándo fue la última vez que visitaste Irán? ¿Crees que volverás pronto?

 

Fui hace 15 años, pero ahora no puedo volver porque estoy amenazada. La otra vez ya estuve unas horas detenida en el aeropuerto y temía por la salida, por lo que no disfrutas en ningún momento. No obstante, como he estado en muchos medios en este último año hablando contra el régimen, no puedo ir a Irán ni a muchos países de la zona. Hay algunos que secuestran a opositores y los llevan a Irán porque tienen convenios de colaboración. Ojalá pueda volver y vivir para verlo. Confío en los procesos y en todo lo que estamos aprendiendo como sociedad.

 

  • Para acabar, ¿cómo estás viendo el conflicto entre Israel y Palestina?

 

Lo veo como cuando se matan dos hermanos y los padres están viendo cómo se matan. Son personas que pertenecen a la misma tierra y se están derramando sangre de hermanos de un mismo lugar. Lo más violento de todo eso no es solamente que se esté muriendo y masacrando a gente, sino que hay voces que te piden posicionarte y argumentan que tienes algo en contra del grupo contrario. 

 

Esto es lo más grave de nuestra vida aquí, porque los que lo están sufriendo son los que están ahí: los rehenes, los que han sido llamados para salir a matar, que son gente como tú y yo. Ese estado de trauma y shock espiritual, moral y social... no se van a recuperar fácilmente de esto, pero nuestra realidad es que no podemos ver este conflicto como palestinos y a israelíes, porque lo que provoca es que nos separemos y vamos el mundo como uno contra el otro, a ver quién puede gritar más para ganar la batalla del discurso. 

 

Lo que tenemos que entender es que somos una familia y que el dolor es lo que hay en común entre las dos partes y no hay otra que sentarse a dialogar. Tenemos que decirles que el mundo pasa por el diálogo y tenemos que sentarnos a hablar. Hay sitio en esta casa para todos: tú te quedas con una habitación y yo me quedo con otra, pero no podemos matarnos en el pasillo constantemente

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