Muere Isabel II, la monarca más longeva de Europa
La británica accedió al trono el 2 de junio de 1953, cuando tenía 25 años, tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI
Elizabeth Alexandra Mary, la reina Isabel II de Gran Bretaña, ha fallecido este jueves 8 de septiembre a los 96 años. Este mediodía se ha sabido que su estado de salud había empeorado, hasta el punto de necesitar supervisión médica en el castillo escocés de Balmoral. Aparte del Reino Unido, también era soberana de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, las Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves.
Nacida en Londres en 1926, su coronación se llevó a cabo el 2 de junio de 1953, cuando tenía 25 años, tras la prematura muerte de su padre, el rey Jorge VI.
SOLO EL REY SOL ESTUVO MÁS DÍAS EN EL TRONO
Uno de los aspectos más destacados de su reinado ha sido la longevidad, de más de siete décadas. De hecho, el pasado 13 de junio, Isabel II se convirtió en la segunda monarca que más tiempo ha ocupado el trono en todo el mundo, ya sólo por detrás del francés Luis XIV, el 'Rey Sol', que estuvo en el poder más de 72 años.
Cuando su reinado alcanzó los 70 años y 127 días en el trono de Reino Unido, Isabel II superó al rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia.
Hasta la fecha era, con diferencia, la soberana con una trayectoria más larga que reinaba en la Europa continental.
75 AÑOS DE MATRIMONIO Y CUATRO HIJOS
Su reinado no ha sido el único aspecto de su vida marcado por esta longevidad. Y es que lejos de los escándalos que han vivido miembros de casas reales, Isabel II siempre estuvo estuvo casada con Felipe, Duque de Edimburgo, hasta que este falleció en abril del año pasado, cuando le faltaban pocos meses para cumplir 100 años.
Juntos tuvieron cuatro hijos: Carlos, príncipe de Gales, (1948), Ana (1950), Andrés, duque de York (1960), y Eduardo, conde de Wessex (1964).
SIEMPRE LEJOS DE LA POLÍTICA
Aunque en su reinado, por lo longevo, vivió incontables conflictos (la descolonización, la guerra de las Malvinas, el conflicto con Irlanda del Norte y movimientos internos como el Brexit), Isabel II siempre quiso mantener su rol institucional, manteniendo las distancias con los políticos de todos los partidos y ceñirse a su papel representativo como jefa de Estado.
Prácticamente nunca dio su punto de vista ni su opinión en ninguna comparecencia ni en entrevistas, ya que uno de sus principios era cuidar su imagen y quería que sus familiares hicieran lo propio.
Precisamente esa actitud siempre le permitió recibir una gran valoración entre los británicos. Cada vez que se preguntó sobre su figura, los índices de aprobación oscilaban entre el 60 y el 80%.
SU BIOGRAFO RESALDA LA IMPORTANCIA DE LA REINA DE INGLATERRA
Robert Hardman, autor de Queen of Our Times, ha hablado de la reina así: "Ella es diferente a cualquier otro monarca en nuestra historia: es nuestra monarca más longeva, con más años de servicio y con más tiempo de reinado", en declaraciones a la BBC 5 Live.
Agrega que su sentido del deber público es anterior a su ascenso al trono en 1952. "Ella simplemente representa esta constancia, este sentido de permanencia y estabilidad. Y creo que a lo largo de los años la gente probablemente la ha dado por sentado a menudo. De repente, en momentos como este, todos nos damos cuenta... de lo preciosa que es".
UNA FRÁGIL SALUD DE HIERRO
La Reina ha estado luchando con su salud durante casi un año. Desde el otoño pasado, tuvo que retirarse de una serie de eventos públicos debido a lo que parecían ser problemas persistentes con su movilidad, a menudo traspasando parte de sus deberes al príncipe Carlos.
El Domingo del Recuerdo, el servicio del Jueves Santo, el Servicio Anual de la Commonwealth y la Apertura Estatal del Parlamento han sido algunos de los eventos en los que los problemas de salud impidieron que la Reina participara en los últimos 12 meses.
Ella se reunió para sus apariciones en el balcón del Palacio de Buckingham durante el Jubileo de Platino y solo esta semana llevó a cabo su audiencia con la nueva primer ministro.
Más allá de muchas referencias a sus problemas de movilidad, los funcionarios del Palacio de Buckingham han dado pocos detalles sobre los cambios en la salud de la Reina, viéndolo como un asunto privado.
Pero no ha podido evitar su avanzada edad y su creciente fragilidad, con un número decreciente de apariciones públicas, y ahora se teme un mayor deterioro de su salud.
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