Liz Truss reemplazó a Boris Johnson como primer ministro del Reino Unido , con una bandeja de entrada que puede dejarla preguntándose por qué quería el puesto en primer lugar.

 

Desde la peor crisis del costo de vida en una generación hasta los servicios públicos que simplemente no funcionan, Truss tendrá que tapar agujeros importantes con una economía ralentizada y la promesa de no introducir nuevos impuestos.
 

Y tendrá que hacerlo mientras lidera un Partido Conservador que está amargamente dividido y lejos de garantizar que apoye su visión de país. Todo ello, contando con el duro golpe que ha supuesto la muerte de la Reina Isabel II tras más de 70 años en el poder.

 

Muere Isabel II, la monarca más longeva de Europa
 

Costo de la vida
 

La inflación superó el 10% en julio por primera vez en 40 años. Fue impulsado por el aumento del costo de la energía y los alimentos. Las facturas de energía promedio de los hogares ya han aumentado un 54% este año y se prevé que aumenten aún más.

Esta es una mala noticia no solo para los hogares sino también para las empresas que el gobierno tuvo que rescatar durante la pandemia, muchas de las cuales simplemente no podrán pagar las facturas y se verán obligadas a cerrar sin apoyo.

 

Una economía empobrecida

Para agravar los problemas de Truss está el hecho de que el Reino Unido va camino de una recesión para fin de año, según el Banco de Inglaterra. El PIB cayó un 0,1% en el segundo trimestre de este año y los analistas creen que el tercer trimestre llevará al país a una recesión técnica.

Y el lunes, como señal de los serios desafíos que se avecinan, la libra esterlina cayó un 0,3 % a su nivel más bajo frente al dólar estadounidense desde 1985, antes de recuperarse levemente.
Los servicios públicos se desmoronan

Muchas cosas en el Reino Unido simplemente parecen estar fallando en este momento. Los tiempos de espera para recibir atención médica son los más largos de la historia reciente. Esto se debe en parte a que la pandemia pone al Servicio Nacional de Salud bajo una mayor presión, pero también se debe a la escasez de personal y la financiación insuficiente, dice la Asociación Médica Británica.

Existen problemas similares de dotación de personal y financiación en la asistencia social, las escuelas, las universidades y el gobierno local.

 

Huelgas

A lo largo de este año, los trabajadores del transporte, los periodistas, los abogados, los basureros y los trabajadores de correos se han declarado en huelga. En muchos de los casos, los jefes sindicales han culpado al gobierno por no cumplir con sus demandas y romper el estancamiento.

Estas huelgas tendrán un efecto colateral obvio para la productividad y el crecimiento económico, algo que Truss ha prometido mejorar en su plan económico.

 

Dolores de cabeza internacionales

Por supuesto, Truss también asumirá el cargo en medio de una situación global complicada. Ucrania todavía está bajo la invasión rusa, China todavía amenaza a Taiwán. Y luego está el lío del Brexit, que sigue causando grandes problemas tanto en Gran Bretaña como en el extranjero.

Truss, quien sigue siendo ministra de Relaciones Exteriores hasta que comience su nuevo trabajo, conoce bien estos problemas, pero puede descubrir que ser primer ministro requiere más diplomacia de la que ha mostrado a menudo en su puesto actual, donde ha adoptado una línea dura con Europa y una posición agresiva. tanto en Rusia como en China.

 

Sus propios diputados

Podría decirse que el mayor peligro para Truss proviene de sus propios parlamentarios conservadores, que ahora están bastante entrenados ​​en el regicidio. Truss no ha esbozado cómo planea abordar ninguno de los problemas anteriores y sus colegas parlamentarios no están seguros de que tenga las respuestas.

En privado, algunos dicen que incluso podría verse obligada a dejar el cargo antes de las próximas elecciones, lo que significaría que el Partido Conservador tendría cinco líderes desde que asumió el cargo en 2010.

Truss quedó en segundo lugar detrás de su rival Rishi Sunak cuando los parlamentarios conservadores llegaron a la última ronda de votación antes de presentar a los dos candidatos finales del partido. Muchos parlamentarios creen que simplemente no está a la altura del trabajo y que su agresiva campaña ha alienado incluso a algunos de los conservadores más leales.

Si no logra impresionarlos en las próximas semanas, Truss podría encontrar apoyo para sus planes en el parlamento, y si los últimos cinco años nos han enseñado algo, es que esto puede ser el beso de la muerte para un primer ministro en funciones.