Se cumple un año de los ataques de Hamás a Israel del 7 de octubre: así se fraguaron

El 7 de octubre de 2023 comenzó con un ataque sin precedentes que marcaría el día más oscuro en la historia de Israel. A las 6:30 de la mañana, mientras la mayoría de los israelíes dormía o estaba despertando, Hamás lanzó una ofensiva coordinada que tomó al país completamente por sorpresa. Era el día de Simjat Torá, una festividad judía de gran importancia, marcada por la celebración en sinagogas y hogares. Sin embargo, esa mañana festiva se transformó en una pesadilla cuando cohetes comenzaron a caer desde la Franja de Gaza.

Las tensiones entre Israel y Hamás llevaban años acumulándose, especialmente desde que el grupo islamista se hizo con el control de Gaza en 2007. El bloqueo impuesto por Israel y Egipto, las condiciones de vida en la Franja, y la falta de una solución política al conflicto alimentaron el resentimiento de los palestinos. Durante más de una década, Hamás lanzó miles de cohetes hacia el sur de Israel, provocando represalias por parte del ejército israelí. Sin embargo, el ataque del 7 de octubre fue diferente, tanto por su escala como por su ejecución. A esa hora de la mañana, los primeros cohetes no fueron lo único; militantes de Hamás comenzaron a cruzar la frontera en varias direcciones, utilizando túneles, drones, vehículos y parapentes para atacar las comunidades cercanas.

Uno de los primeros lugares en ser atacado fue el festival de música Supernova, en el desierto del Negev. A las 7:00 de la mañana, cuando muchos asistentes aún disfrutaban del evento, el sonido de las explosiones anunció la llegada de los militantes de Hamás, que irrumpieron en el festival disparando indiscriminadamente. Decenas de personas fueron asesinadas mientras cientos intentaban huir. A medida que los supervivientes relataban los hechos, se hizo evidente que la masacre había sido meticulosamente planificada.

Simultáneamente, los kibutzim cerca de la frontera con Gaza, como Be'eri y Kfar Aza, sufrieron brutales ataques. A partir de las 7:30, militantes armados entraron en estos asentamientos y comenzaron a asesinar a familias en sus propios hogares. La brutalidad de los ataques conmocionó al país: en Be'eri, más de 100 civiles fueron masacrados, mientras en Kfar Aza las escenas de horror no fueron menos estremecedoras. Los secuestros también comenzaron en este punto. Familias enteras, incluidos niños y ancianos, fueron llevadas como rehenes a Gaza, un hecho sin precedentes que agrandó el dolor de la nación.

La cronología del ataque

El ataque de Hamás estuvo claramente orquestado para provocar el mayor daño posible en el menor tiempo. A las 8:00 de la mañana, más de 2.500 cohetes habían sido lanzados hacia Israel, activando las alarmas antiaéreas en ciudades como Tel Aviv, Ashkelon y Beersheva. A medida que la ofensiva se expandía, las fuerzas de seguridad israelíes tardaron en reaccionar debido a la magnitud del ataque y la sorpresa.

A las 9:00 de la mañana, los informes de secuestros masivos comenzaron a llegar. Más de 200 israelíes fueron tomados como rehenes por Hamás, que los llevó a Gaza, incluyendo mujeres, niños y ancianos. A lo largo de las siguientes horas, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se movilizaron para intentar controlar la situación en las áreas afectadas, pero el daño ya estaba hecho. Los militantes de Hamás habían conseguido infiltrarse en varias localidades, causando una masacre sin precedentes.

A las 12:00 del mediodía, las FDI lanzaron una serie de bombardeos en la Franja de Gaza en represalia por el ataque. La escalada bélica se intensificó rápidamente, convirtiéndose en una de las más sangrientas de los últimos años. El número de víctimas civiles israelíes superó las 1.200 personas, la mayoría de ellas asesinadas en las primeras horas del ataque. A su vez, Gaza también sufrió bombardeos masivos, con cientos de muertos y heridos entre los civiles palestinos.

Los hospitales en el sur de Israel y en Gaza estaban desbordados. A las 15:00, el gobierno israelí declaró el estado de guerra y comenzó a movilizar a miles de reservistas. Para ese momento, la cifra de muertos seguía aumentando, y los secuestrados permanecían en paradero desconocido. Las imágenes de devastación y sufrimiento se difundieron rápidamente por todo el mundo.

Las posturas internacionales

El ataque provocó reacciones inmediatas en la comunidad internacional. Estados Unidos fue uno de los primeros en condenar la agresión de Hamás. El presidente Joe Biden emitió un comunicado expresando su apoyo incondicional a Israel y condenando el terrorismo. A lo largo del día, la administración estadounidense comenzó a enviar asistencia militar, incluyendo municiones y sistemas de defensa adicionales para reforzar la Cúpula de Hierro.

En Europa, la condena fue casi unánime, aunque algunos países pidieron moderación en la respuesta israelí. Sin embargo, las potencias globales enfrentaron presiones internas. Sudáfrica, en particular, fue crítica hacia Israel, llamando a investigar el conflicto bajo la Corte Penal Internacional. Este país, con su historial de lucha contra el apartheid, ha mantenido durante mucho tiempo una postura crítica hacia la ocupación israelí y ha defendido la causa palestina.

En Medio Oriente, la situación fue más delicada. Mientras Irán celebraba el ataque como una victoria de la resistencia palestina, otros países como Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, que habían normalizado relaciones con Israel en los últimos años, condenaron la violencia pero no rompieron lazos diplomáticos. Arabia Saudita, que se encontraba en plenas negociaciones para un posible acuerdo de normalización con Israel, pidió una tregua y moderación, intentando navegar entre la presión internacional y la opinión pública árabe.

El ataque del 7 de octubre y las semanas siguientes de combates cambiaron la dinámica del conflicto israelo-palestino. Las críticas internas hacia el gobierno israelí, liderado por Benjamín Netanyahu, aumentaron debido a la aparente falta de preparación ante una incursión de tal magnitud. Muchos israelíes se preguntaban cómo los servicios de inteligencia no detectaron los preparativos de un ataque tan bien coordinado.

Por otro lado, la Franja de Gaza, ya devastada por años de bloqueo y conflicto, quedó aún más destruida. Los ataques aéreos israelíes, dirigidos contra la infraestructura de Hamás, causaron un gran número de víctimas civiles. Mientras tanto, la crisis humanitaria en Gaza alcanzó nuevos niveles de gravedad, con escasez de alimentos, agua y medicinas, lo que llevó a la ONU y a otras organizaciones internacionales a redoblar los esfuerzos por brindar asistencia.