Una profecía sobre la llegada del Mesías podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial

El escritor israelí, Meir Magalit, ha publicado el libro 'El eclipse de la sociedad israelí', donde analiza cómo una sociedad democrática y liberal ha cruzado todas las líneas rojas posibles hasta el punto en que la Corte Penal Internacional (CPI) ha tenido que ordenar la detención del primer ministro Benjamin Netanyahu, poniéndolo al nivel de los terroristas de Hamás o Hizbulá. 

En su relato, Margalit explica cómo la religión, en su versión más extrema, ha ido penetrando en los estamentos más altos de la sociedad israelí, convirtiéndose en un arma política especialmente eficaz para la derecha. De este modo, el pueblo de Israel se ha ido alejando de los ideales socialistas que promovieron los laboristas de Ben Gurion o Golda Meir. Los kibutz, que nacieron como granjas igualitarias, ahora se han convertido en suburbios burgueses, tal y como alerta Meir en su libro. 

Esta utilización de la religión por parte de la derecha israelí ha llevado a parte de la sociedad a creer en ideas mesiánicas, como que el nuevo mesías está a punto de llegar para redimir al pueblo judío. El influyente politólogo israelí Schlomo Avineri, fallecido a finales de 2023, afirmó que las catástrofes son la antesala de la redención - entendida como la llegada del Mesías-. Pero estas opiniones no se quedan solo en las esferas de influencia política: la ministra del Gobierno de Netanyahu, Orit Strook, aseguró que esta guerra es un milagro. 

El Tercer Templo que podría provocar una gran guerra

Los seguidores de estas teorías y de este tipo de políticos creen que cada caído en combate es una piedra más para la construcción del Tercer Templo de Jerusalén, el paso previo necesario para la llegada del Mesías. Este templo se debería contruir donde se encuentra la mezquita de Al Aksa y el Domo de la Roca, en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. 

Varios políticos que creen en este tipo de teorías están dentro del Gobierno de Netanyahu. También hay militares dentro de las Fuerzas de Defensa de Israel que creen firmemente en este precepto, y podrían arrastrar al resto de la sociedad israelí - con un 44% de laicos- a una guerra religiosa que podría conducir a la mismísima Tercera Guerra Mundial. 

Si Israel decidiera arrasar la Explanada de las Mezquitas para construir el Tercer Templo de Jerusalén, condición imprescindible para el advenimiento del Mesías, estaría arrasando el tercer lugar más sagrado para el islam, por detrás de La Meca y Medina. Esta circunstancia provocaría, seguro, una escalada regional que obligaría a colaborar a países como Arabia Saudita e Irán, enemigos acérrimos que podrían encontrar un enemigo común si Israel acabara destruyendo sus santuarios más sagrados, tanto para chiitas como sunitas. Y si Tel Aviv se viese en apuros, entraría Estados Unidos, y luego como contraposición para proteger a Irán, se añadiría Rusia. El cocktail para llegar a un conflicto mundial estaría servido.  

Algunos políticos israelíes están abrazando narrativas que llevan a su pueblo hacia el abismo. Y lo están haciendo en el país que prometía ser el lugar más seguro para el pueblo judío, ese mismo pueblo que hace poco tuvo que ver cómo volaban misiles sobre su capital, Tel Aviv.