38 años de prisión para el exsecretario de Seguridad de México por vínculos con narcos
"Su conducta es la misma que la de El Chapo", le dijo el juez Brian Corgan a Genaro García Luna
Un tribunal de los Estados Unidos ha condenado a 38 años de prisión al exsecretario de Seguridad de México Genaro García Luna, durante la Administración de Felipe Calderón, después de que un jurado le hallara culpable de 5 delitos en el marco de un caso por participar en una organización criminal relacionada con el narcotráfico y tener vínculos con el Cartel de Sinaloa.
El juez Brian Cogan, del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, ha señalado que los cinco años que el exfuncionario ha pasado en prisión se restarán de los 460 meses a los que ha sido sentenciado. Además, le ha impuesto una multa de dos millones de dólares (1,84 millones de euros) por el delito de conspiración para la distribución internacional de cocaína y podrá pasar cinco años de libertad condicional.
"Usted tiene una doble vida, usted vestirá muy elegante, usted podrá decir que respeta la ley y seguro lo cree. Pero su conducta es la misma que la de El Chapo (...) Hay personas que pueden vestir muy bien. Tener muy buenos modales. Pero eso no implica que al mismo tiempo sean capaces de hacer cosas terribles", ha expresado Cogan durante su intervención, según recoge el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR).
García Luna, que ha asegurado que apelará la condena de la Justicia estadounidense porque se ha declarado inocente de todos los cargos, fue declarado culpable de participar en una empresa criminal continua, conspiración para obtener, importar y distribuir miles de kilos de cocaína a Estados Unidos, y haber hecho declaraciones falsas a funcionarios estadounidenses migratorios tras su detención en diciembre de 2019.
El caso se remonta al sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) cuando Estados Unidos, a través de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), introdujo de manera deliberada unas 2.500 armas de fuego con el objetivo de identificar y detener a compradores y distribuidores en lo que se conoció como operación Rápido y Furioso.
Sin embargo, el rastreo de todo este armamento se perdió y acabó en manos del Cártel de Sinaloa. El escándalo estalló en 2011 cuando se confirmó que una de las armas de este arsenal fue usada para matar a un agente de la Policía Fronteriza de Estados Unidos en diciembre de 2010, un crimen por el que fue detenido un ciudadano mexicano llamado Heraclio Osorio Arellanes.
García Luna, quien fue jefe de la Agencia Federal de Investigación (AFI), fue detenido en la localidad de Dallas, en el estado de Texas, después de que presentaran cargos en su contra en Nueva York por conspirar para traficar con drogas y realizar declaraciones falsas, además de haber recibido millones de dólares del cártel de Joaquín El Chapo Guzmán. García Luna habría tratado de ocultar la ayuda prestada a traficantes de droga.
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