Trump será el próximo presidente de Estados Unidos: ¿Cómo afectará al mundo?

La ya casi segura victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos plantea un escenario de incertidumbre para la Unión Europea y otros actores internacionales. Si bien su política "America First" ha prometido un enfoque más proteccionista y de menor intervención global, su regreso podría impactar directamente en áreas como la cooperación militar, el comercio y la ayuda a Ucrania, especialmente en un momento de gran inestabilidad geopolítica.

Inquietudes en la UE: Desde Ucrania hasta la OTAN en la cuerda floja

Uno de los aspectos más urgentes para Europa será la continuidad de la ayuda a Ucrania. Desde la invasión rusa en 2022, Estados Unidos ha sido un aliado crucial, proporcionando decenas de miles de millones de dólares en asistencia militar y financiera. Sin embargo, Trump ha expresado reservas sobre este apoyo y ha planteado que Europa debería asumir una mayor responsabilidad económica. De hecho, ha señalado que podría detener el flujo de armas a Ucrania a menos que los países europeos cubran gran parte de los costos. Analistas temen que, en lugar de una estrategia clara, una política incierta de “altibajos” podría dominar el escenario, dificultando los esfuerzos por consolidar una paz duradera.

En cuanto a la OTAN, Trump ha sido crítico de sus miembros que no alcanzan el objetivo de gasto del 2% del PIB en defensa. Esto sugiere una posible disminución de la presencia estadounidense en Europa y una mayor presión para que la UE refuerce su autonomía militar. Con Estados Unidos contribuyendo actualmente el 16,2% del presupuesto de la OTAN, una retirada o disminución de su apoyo dejaría un vacío difícil de llenar y un desafío importante para la seguridad europea.

Proteccionismo económico: ¿Un portazo a las exportaciones de la UE?

En términos económicos, el regreso de Trump podría significar una vuelta al proteccionismo agresivo, con la amenaza de nuevos aranceles a las importaciones desde países europeos. Entre sus propuestas destaca la posibilidad de aplicar un arancel general del 10% a las importaciones, y uno del 60% a los productos de origen chino, con el fin de proteger los intereses de Estados Unidos. Esto afectaría a la UE, cuya relación comercial con Estados Unidos ha sido crucial en los últimos años, con un intercambio de bienes que alcanzó casi 870.000 millones de euros en 2022.

Este proteccionismo podría perjudicar industrias clave en ambos lados del Atlántico, desde el sector automotriz europeo hasta la exportación de productos farmacéuticos, mientras que los aranceles estadounidenses a productos europeos podrían tener un impacto en el precio del petróleo y el gas natural, que representan las principales importaciones de la UE desde Estados Unidos.

Un cambio de era en la diplomacia transatlántica

La retórica de Trump y su enfoque impredecible plantean nuevos retos en un contexto de alianzas estratégicas y de cooperación diplomática. Si bien Kamala Harris hubiera mantenido una postura de continuidad en las relaciones entre la UE y Estados Unidos, el regreso de Trump plantea interrogantes en áreas clave como la seguridad, el comercio y el equilibrio de poder en Europa.

Para la UE, la victoria de Trump es un llamado a reforzar su independencia en defensa y a preparar un escenario en el que Estados Unidos juegue un rol menos predominante. La posible implementación de políticas aislacionistas y un nuevo enfoque en el comercio proteccionista podrían redefinir la relación entre estas potencias, afectando así no solo a Europa, sino a la economía y seguridad globales en los próximos años.