Aumentan los lobistas pro CAC en la conferencia Cop29: ¿qué significa esto?

casi la mitad de ellos accedieron a la cumbre como miembros de delegaciones nacionales, mientras que otros 55 fueron invitados directamente por Azerbaiyán, país anfitrión

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El presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, habla durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP29 | Europa Press

 

La 29ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cop29) ha puesto en el centro del debate la creciente influencia de los lobistas relacionados con la captura y almacenamiento de carbono (CAC). A pesar de que el número total de asistentes disminuyó de 85,000 en la Cop28 a 70,000 en esta edición, la representación de lobistas pro CAC aumentó, alcanzando los 480 participantes, cinco más que en el evento anterior. Este incremento, destacado por el Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL), subraya el peso de esta tecnología en el marco de las negociaciones climáticas internacionales.

Los lobistas pro CAC superaron en número a las delegaciones nacionales más numerosas, incluidas las de Estados Unidos y Canadá. Según datos del CIEL, casi la mitad de estos lobistas accedieron a la cumbre como miembros de delegaciones nacionales, mientras que otros 55 fueron invitados directamente por Azerbaiyán, país anfitrión, con privilegios descritos como “tratamiento de alfombra roja”.

Esta situación ha suscitado críticas por parte de activistas climáticos, quienes denuncian que la CAC representa una falsa solución. Rachel Kennerley, del CIEL, subraya que esta tecnología no se utiliza principalmente para reducir emisiones, sino para fines como la recuperación mejorada de petróleo, perpetuando la dependencia de los combustibles fósiles.

Aunque el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) reconoce el potencial de la CAC en los planes de descarbonización, advierte que depender excesivamente de esta tecnología podría llevar a superar puntos de inflexión climáticos irreversibles. En este contexto, países como el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos han incorporado la CAC en sus estrategias nacionales de descarbonización, lo que para algunos evidencia un doble estándar en sus compromisos ambientales.

Los críticos también destacan las limitaciones técnicas y económicas de esta tecnología. Según un informe del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero, la mayoría de los proyectos de CAC tienen un bajo rendimiento y no pueden competir económicamente con soluciones basadas en energías renovables. Además, los riesgos para la salud y la seguridad derivados del transporte y almacenamiento de carbono agravan las dudas sobre su viabilidad a largo plazo.

Durante la Cop29, los negociadores aprobaron las normas de mercados de carbono bajo el artículo 6 del Acuerdo de París. Sin embargo, activistas temen que esta regulación facilite el financiamiento de proyectos de CAC, desviando recursos de soluciones renovables más efectivas. Olivia Powis, directora ejecutiva de la Carbon Capture & Storage Association, defendió la CAC como una herramienta clave para limitar el calentamiento global a 1.5 grados. Sin embargo, documentos filtrados del Congreso de EE. UU. revelan que líderes petroleros ven esta tecnología como una estrategia para prolongar el uso de combustibles fósiles.

El análisis del CIEL sobre la lista de participantes de la Cop29 expone un problema sistémico en la regulación de la representación de intereses privados en estos foros internacionales. Cruzando datos con la Agencia Internacional de Energía, identificaron una alarmante influencia de la industria de los combustibles fósiles en la toma de decisiones climáticas.

La creciente presencia de lobistas pro CAC en la Cop29 pone en entredicho la eficacia de estas cumbres como plataformas para abordar la crisis climática de manera transparente y justa. Mientras los defensores de esta tecnología argumentan que es una herramienta necesaria, las críticas sobre su efectividad, coste y riesgos sugieren que su promoción puede estar motivada más por intereses económicos que por un compromiso genuino con la descarbonización.

 

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP por sus siglas en inglés (Conferencia de las Partes), es una cumbre global que se celebra anualmente desde 1995. Fue establecida como parte del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), adoptada en la Cumbre de la Tierra de Río en 1992. Su objetivo principal es reunir a líderes mundiales, científicos, activistas y representantes de diversos sectores para discutir y coordinar acciones contra el cambio climático.

La COP tiene como propósito evaluar el progreso en la implementación de los acuerdos climáticos internacionales, como el Protocolo de Kioto (1997) y el Acuerdo de París (2015). Estas reuniones buscan fomentar la cooperación global para mitigar los efectos del cambio climático, promover la adaptación a sus impactos y movilizar financiamiento para estas iniciativas. Cada conferencia se organiza en una sede diferente y refleja las prioridades y desafíos de las distintas regiones del mundo frente a esta crisis global.

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