Críticas a las potencias mundiales en la Cop29, por la propuesta financiera planteada para combatir el cambio climático
La Unión Europea y Estados Unidos propusieron aumentar los actuales 100 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático a 250 mil millones de dólares anuales para 2035
La Cop29, celebrada en Bakú, ha sido escenario de intensos debates sobre el financiamiento climático, con posiciones profundamente divididas entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo. Tras 12 días de negociaciones, la falta de consenso pone en riesgo los avances esperados en la lucha contra el cambio climático.
La Unión Europea y Estados Unidos propusieron aumentar los actuales 100 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático a 250 mil millones de dólares anuales para 2035. Sin embargo, esta oferta fue calificada como insuficiente por numerosos países del Sur, especialmente africanos, que enfrentan costos crecientes asociados a las catástrofes climáticas y la transición energética. Los pequeños estados insulares también expresaron su rechazo, argumentando que, considerando la inflación, el aumento real tendría un impacto limitado y no respondería a las necesidades urgentes de sus poblaciones vulnerables.
Los países en desarrollo han sido enfáticos en la magnitud de sus necesidades: entre 500 mil y 1.300 mil millones de dólares anuales para abandonar las energías fósiles y adaptarse a los efectos devastadores del cambio climático. Este reclamo cuenta con el respaldo de economistas de renombre como Amar Bhattacharya, Vera Songwe y Nicholas Stern, quienes recomendaron un financiamiento mínimo de 300 mil millones de dólares anuales.
En un intento por acercar posturas, la presidencia azerí sugirió diversificar las fuentes de financiamiento, incluyendo aportes públicos, privados, bilaterales, multilaterales y alternativas. Sin embargo, esta propuesta no ha logrado aplacar las críticas. Organizaciones como Global Citizen calificaron las negociaciones de lentas y las propuestas de insuficientes. Friederike Roder, representante de la ONG, señaló que el mundo arde y no se puede esperar cacahuetes durante once años.
El escenario en Bakú se complica aún más por la falta de tiempo. La sesión de clausura, prevista inicialmente para el viernes, fue pospuesta al sábado por la mañana, pero la salida anticipada de muchas delegaciones antes del domingo podría imposibilitar un acuerdo. Alcanzar consenso entre cerca de 200 países es ahora un objetivo incierto.
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