Este lunes, el volcán Kilauea, ubicado en Hawái, entró en erupción dejando a su paso impactantes fuentes de lava que alcanzaron alturas de hasta 80 metros y emitieron columnas de gas tóxico que se extendieron por el archipiélago estadounidense.
Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), la actividad del volcán no representa actualmente una amenaza para infraestructuras ni para la población local, aunque se han emitido advertencias sobre los gases volcánicos, que podrían causar problemas respiratorios en las zonas cercanas.
Una erupción breve pero espectacular
La erupción comenzó durante la madrugada del lunes, con ríos de lava que iluminaron el cielo nocturno y captaron la atención de residentes y turistas por igual. Sin embargo, para la tarde del mismo día, los expertos detectaron una disminución de la actividad sísmica y un cese en las fuentes de lava.
“Alrededor de las 3 de la tarde, el tremor sísmico comenzó a disminuir y, poco después, las fuentes de lava se detuvieron por completo. A las 4 de la tarde, la actividad había cesado”, confirmó el Observatorio de Volcanes de Hawái en un comunicado.
El Kilauea: un gigante impredecible
Conocido por ser uno de los volcanes más activos del mundo, el Kilauea ha tenido numerosas erupciones a lo largo de las décadas. Aunque esta última erupción fue breve, los expertos advierten que el volcán podría reactivar su actividad en cualquier momento, por lo que se mantendrán vigilantes ante cualquier cambio significativo.
Imágenes impresionantes que cautivan al mundo
A pesar de no representar un peligro inminente, el Kilauea ha dejado imágenes impresionantes de ríos de lava y nubes de gas que han sido compartidas ampliamente en redes sociales. Estas vistas, aunque espectaculares, recuerdan la fuerza indomable de la naturaleza.
Las autoridades han instado a la población a mantenerse informada a través de los comunicados oficiales y a evitar las áreas cercanas al volcán para prevenir riesgos innecesarios.
Una pausa momentánea
Aunque el nivel de alerta ya ha sido rebajado, el Observatorio de Volcanes de Hawái continuará monitoreando de cerca la situación para garantizar la seguridad de los habitantes y de las regiones cercanas al Kilauea. Por ahora, este gigante dormido vuelve a la calma, pero su actividad constante es un recordatorio de que la naturaleza puede sorprendernos en cualquier momento.
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