Muere Jean-Marie Le Pen, histórico líder de la extrema derecha en Francia
El padre de la actual líder de Agrupación Nacional tenía 96 años
Jean-Marie Le Pen ha fallecido este martes 7 de enero a los 96 años de edad.
Nacido el 20 de junio de 1928 en La Trinité-sur-Mer, Bretaña, Francia. Fue uno de los fundadores y líderes del Frente Nacional (FN), un partido político francés de extrema derecha, al que presidió de 1972 a 2011. Le Pen es conocido por sus opiniones controvertidas sobre temas como la inmigración, la Unión Europea, el nacionalismo francés y el revisionismo histórico.
Le Pen comenzó su carrera política en la década de 1950, siendo elegido por primera vez como miembro de la Asamblea Nacional en 1956. En los años siguientes, ganó notoriedad por sus discursos en favor de una política de inmigración más restrictiva y su crítica feroz a la Unión Europea, a la que acusaba de ser una amenaza para la soberanía nacional de Francia.
Durante su liderazgo del Frente Nacional, el partido se convirtió en un importante actor político en Francia, especialmente en las elecciones presidenciales. Jean-Marie Le Pen fue candidato a la presidencia de Francia en varias ocasiones, destacando en 2002 cuando logró llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, lo que sorprendió a muchos observadores políticos. Sin embargo, su figura también estuvo marcada por su constante polémica y sus declaraciones sobre el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, que le valieron acusaciones de negacionismo y de incitación al odio.
Le Pen se retiró de la presidencia del Frente Nacional en 2011, cediendo el liderazgo a su hija Marine Le Pen, quien posteriormente se hizo cargo del partido y lo transformó en una fuerza política más moderada. A pesar de su retiro formal de la política activa, Jean-Marie Le Pen continuó siendo una figura influyente en la política francesa, y su legado sigue siendo objeto de debate en el panorama político francés.
A lo largo de su carrera, Le Pen fue una figura polarizadora, admirado por sus seguidores como un defensor de la identidad y los intereses nacionales de Francia, pero también criticado por su retórica incendiaria y sus posiciones extremas.
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