Un grito de auxilio: prohíben enfermarse en un pueblo por falta de atención sanitaria
La ordenanza, que mezcla humor y desesperación, denuncia la falta de atención médica en Belcastro, una localidad al borde del colapso sanitario
En un acto tanto provocativo como alarmante, el alcalde de Belcastro, un pequeño pueblo en la región de Calabria, al sur de Italia, ha emitido un decreto insólito: a los residentes se les prohíbe enfermarse. Esta medida, descrita como una “provocación humorística” por el propio alcalde Antonio Torchia, busca llamar la atención sobre la grave crisis sanitaria que enfrenta la localidad.
El decreto insta a los 1.200 habitantes del pueblo, de los cuales la mitad tiene más de 65 años, a evitar cualquier comportamiento que pueda derivar en accidentes o enfermedades. Las recomendaciones incluyen permanecer en casa tanto como sea posible, evitar viajes, deportes y accidentes domésticos, y "descansar la mayor parte del tiempo".
Aunque la norma pueda parecer absurda, su trasfondo es inquietante. Belcastro no cuenta con atención médica de emergencia durante las noches o días festivos, y su centro de salud suele estar cerrado. La sala de emergencias más cercana está en Catanzaro, a 45 kilómetros de distancia, lo que obliga a los residentes a enfrentar carreteras peligrosas en caso de urgencia.
Desde 2009, Calabria ha perdido 18 hospitales, lo que ha dejado a Belcastro y otras localidades sin acceso adecuado a servicios médicos básicos. Según Torchia, esto representa una amenaza existencial para los pequeños pueblos de la región: “Si no proporcionamos servicios esenciales, estas ciudades morirán en 10 años”.
El alcalde afirmó en la televisión italiana que esta ordenanza es, en parte, una forma de gritar por ayuda y resaltar una situación “inaceptable”. Sin embargo, añadió que no es solo una broma, ya que refleja la inseguridad constante que sienten los residentes al saber que la falta de atención médica podría costarles la vida.
Calabria, una de las regiones más pobres de Italia, enfrenta desafíos críticos en infraestructura sanitaria, dejando a poblaciones envejecidas como la de Belcastro en una posición de vulnerabilidad extrema. La falta de respuesta por parte de las autoridades regionales y nacionales agrava una situación que parece no tener solución inmediata.
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