El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un golpe de efecto en la geopolítica global al sugerir que Ucrania es responsable de la invasión rusa de 2022 y al iniciar negociaciones directas con Moscú sin la participación de Kiev. Este movimiento supone, de facto, la ruptura de la OTAN y un realineamiento estratégico que deja a Europa en una posición de vulnerabilidad frente al Kremlin.
Trump negocia con Rusia y excluye a Ucrania del diálogo de paz
En declaraciones desde Mar-a-Lago, Trump afirmó que el gobierno ucraniano “nunca debió haber comenzado” la guerra y que “un negociador a medias podría haber llegado a un acuerdo hace años” sin tantas pérdidas humanas y territoriales. Estas palabras llegan justo después de que su administración iniciara conversaciones con Rusia en Arabia Saudí, lo que marca el primer acercamiento formal entre Washington y Moscú desde 2022.
El anuncio de Trump de una posible reunión con Vladimir Putin antes de que finalice febrero confirma el deshielo entre ambos países. Sin embargo, esto también significa la exclusión de Ucrania de las negociaciones, una decisión que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha calificado como “un error histórico”.
Tropas de paz en Ucrania: Trump abre la puerta, pero sin EE.UU.
El presidente estadounidense ha expresado su respaldo a un eventual despliegue de tropas europeas en Ucrania como parte de un posible acuerdo de paz, aunque ha descartado la participación de Estados Unidos. “Nosotros no tendríamos ninguna porque estamos muy lejos”, declaró, dejando claro que Washington se aparta de la seguridad europea y cede el protagonismo a países como Francia y el Reino Unido.
Asimismo, Trump ha esquivado preguntas sobre la posibilidad de retirar todas las tropas estadounidenses de Europa, aunque su tono sugiere una revisión a fondo de la presencia militar en el continente.
La reacción de Zelenski: “Trump vive en una burbuja de desinformación”
El líder ucraniano ha respondido con dureza a las afirmaciones de Trump, acusándolo de repetir la propaganda rusa y de ignorar la realidad del conflicto. “Nunca debemos olvidar que Rusia está dirigida por mentirosos patológicos. No se puede confiar en ellos y hay que presionarlos, en nombre de la paz”, afirmó Zelenski.
El mandatario ucraniano también criticó que Washington haya “sacado a Putin del aislamiento” sin exigir concesiones claras a Moscú y sin contar con Kiev en la mesa de negociaciones.
El colapso de la OTAN: ¿un nuevo orden mundial?
La postura de Trump supone un punto de inflexión para la OTAN, una alianza que durante décadas ha tenido como principal objetivo frenar la expansión de Rusia. Con Estados Unidos apartándose y abriendo la puerta a acuerdos directos con Moscú, Europa se enfrenta a un escenario incierto donde su seguridad ya no está garantizada por Washington.
Expertos en relaciones internacionales advierten que este giro estratégico podría debilitar la unidad europea y dar mayor margen de maniobra a Rusia en el continente. Ucrania, convertida en un trofeo geopolítico, se encuentra ahora en una situación más vulnerable que nunca.
Estados Unidos busca el control de los recursos minerales de Ucrania
Más allá de la estrategia militar, la administración Trump tiene intereses económicos claros en Ucrania. Según un documento filtrado por The Daily Telegraph, Estados Unidos aspira a quedarse con el 50% de los beneficios de las explotaciones de minerales en territorio ucraniano como parte de un acuerdo de reconstrucción.
El documento establece la creación de un fondo de inversión conjunto para gestionar los recursos naturales del país, incluyendo titanio, litio y grafito. Washington también tendría prioridad para la compra de estos minerales estratégicos, consolidando su influencia sobre la economía ucraniana.
Un futuro incierto para Occidente
Con la Casa Blanca cambiando su enfoque hacia Rusia y alejándose de sus aliados europeos, el equilibrio de poder global se redefine. La economía ha pasado por encima de la democracia y la seguridad internacional, y el futuro de Ucrania —y de la propia OTAN— pende de un hilo.
El mundo libre ha perdido a su principal defensor. Europa, sin el respaldo de Estados Unidos, deberá encontrar su propio camino para contrarrestar la creciente influencia de Moscú.
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