La UE refuerza su postura contra Rusia, pero enfrenta divisiones internas
Orbán bloquea declaración de apoyo a Ucrania mientras Europa debate su rearmamento y el futuro de la OTAN
La Unión Europea (UE) reafirmó su compromiso de aumentar las sanciones contra Rusia tras una cumbre en Bruselas, aunque la unidad del bloque se vio afectada por la negativa del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a respaldar una declaración de apoyo a Ucrania. A pesar de ello, los diplomáticos confían en que Hungría no bloqueará las sanciones a largo plazo. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, instó a la UE a mantener la presión sobre Rusia y criticó indirectamente a Orbán por obstaculizar decisiones clave. Mientras tanto, las potencias militares europeas como Francia, Alemania y el Reino Unido están evaluando cómo asumir una mayor responsabilidad en la defensa de Europa, especialmente ante la incertidumbre sobre el compromiso de EE.UU. con la OTAN.
El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó la necesidad de fortalecer la industria de defensa europea y propuso excluir del plan de rearme de 150.000 millones de euros a países sin pacto de defensa con la UE, como EE.UU. y el Reino Unido. Además, Macron organizará una reunión en París con Zelenskyy para discutir la defensa de Ucrania y la posible ayuda militar.
Por otro lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, subrayó la importancia de que los países europeos y Canadá refuercen sus contribuciones a la alianza, independientemente de la postura de EE.UU. A pesar del acuerdo de la UE para aumentar el apoyo militar a Ucrania, un plan de 40.000 millones de euros fracasó por la falta de respaldo de países como Francia, España e Italia. En paralelo, la UE debate un plan de 800.000 millones de euros para reforzar su defensa, aunque enfrenta divisiones internas sobre la financiación. España y otros países del sur piden una visión más amplia de la seguridad que incluya la ciberseguridad y la lucha contra el terrorismo y el cambio climático. En conclusión, la cumbre reflejó la determinación de la UE para fortalecer su defensa y apoyar a Ucrania, pero también expuso divisiones sobre el rearme y la financiación del esfuerzo militar.
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