Trump firma un decreto para aumentar la presión de las duchas: "Tengo que cuidar mi precioso pelo"
El expresidente arremete contra las políticas de Obama y Biden y promete que “los estadounidenses podrán ducharse como Dios manda”
Donald Trump lo ha vuelto a hacer. En su cruzada por “liberar a los estadounidenses de las regulaciones inútiles”, el expresidente ha firmado un decreto para eliminar los límites federales a la presión del agua en las duchas. Y lo ha justificado con una de sus frases más surrealistas: “Tardo 15 minutos en mojarme el pelo. Gota, gota, gota, gota. Ridículo.”
Durante una comparecencia desde el Despacho Oval, Trump explicó que este cambio legislativo responde a una queja personal que ha repetido en varios mítines: “Me gustaría poder darme una buena ducha, tengo que cuidar mis precioso pelo”, afirmó, provocando risas y perplejidad entre los presentes.
“Vamos a liberar el agua para que la gente pueda vivir”
Trump criticó la norma que impuso Barack Obama y que fue reactivada por Joe Biden, la cual limitaba el caudal de los cabezales de ducha a 2,5 galones por minuto (unos 9,5 litros). El republicano consideró que esta medida hacía que “lavarse las manos o ducharse fuera una tortura innecesaria”:
“Lo que haces es terminar lavándote durante cinco veces más de tiempo para que salga la misma cantidad de agua”, dijo. “Vamos a liberar el agua para que la gente pueda vivir”, añadió.
Un ataque directo al legado de Obama
La regulación, que Trump califica de “pesadilla burocrática”, buscaba fomentar el ahorro de agua y la eficiencia energética. Pero para el exmandatario, no era más que otro ejemplo del “exceso regulatorio” de los demócratas:
“Los cabezales de ducha ya no serán débiles e inútiles”, sentenció. “El gobierno no tiene por qué decirte cuánta agua puedes usar para estar limpio”.
El decreto revierte oficialmente la política establecida en 2013 bajo el mandato de Obama, que había redefinido la forma en que se medía el flujo del agua en duchas con múltiples salidas, limitando el total y no cada cabezal por separado. Con la nueva normativa, se vuelve a permitir que cada salida tenga su propio caudal máximo, elevando de facto la cantidad total de agua permitida por ducha.
¿Populismo o conexión con el votante?
Aunque pueda parecer una anécdota menor, el gesto es estratégico: Trump convierte un problema doméstico en una promesa electoral cumplida, reforzando su imagen de “líder que escucha al pueblo” y desmonta el “control gubernamental inútil”.
Pero no todos lo ven con buenos ojos. Expertos medioambientales han criticado la medida, recordando que el estadounidense medio consume 310 litros de agua al día, más del doble que el promedio europeo. Y que las duchas representan una parte importante de ese consumo.
Aún así, Trump se mantiene firme en su postura:
“Lo único que quiero es una ducha decente. Eso no debería ser pedir demasiado en América”, concluyó con una sonrisa.
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