Comienza el adiós multitudinario al papa Francisco en Roma
El funeral del Papa Francisco comienza este sábado 26 de abril a las 10:00 horas, con la Plaza de San Pedro llena de decenas de miles de personas que se han congregado desde primera hora de la mañana —más de 200.000 según el servicio de protección civil—, así como dignatarios de más de 140 delegaciones internacionales.
Decenas de miles de fieles ocupan a las 09:00 los asientos dispuestos en la plaza a la espera del inicio del servicio, presidido por el cardenal Giovanni Battista Re en memoria del Papa, quien fallece el lunes a los 88 años en la Casa Santa Marta después de sufrir un derrame cerebral y una insuficiencia cardíaca posterior, mientras se recuperaba de una neumonía doble que lo mantiene hospitalizado durante cinco semanas.
En la primera fila se encuentran el presidente de Argentina, Javier Milei, como jefe de Estado del país natal del Papa, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, como jefa del Gobierno del país cuya nacionalidad también ostentaba el Papa. Detrás de ellos se sientan los monarcas y, a continuación, el resto de jefes de Estado y de Gobierno, organizados alfabéticamente por país en francés.
El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, devoto católico que se reúne con Francisco en dos ocasiones, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, son de los primeros en llegar.
A la misa fúnebre también están invitadas ONG's como Mediterranea Saving Humans, una organización italiana que trabaja para proteger a los refugiados que cruzan el Mediterráneo, y Refugees in Libya, una ONG que trabaja en favor de los migrantes y refugiados recluidos en campos de detención en el país norteafricano. Francisco forja una estrecha amistad con ambos grupos.
Como precisa el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, Diego Ravelli, a los cardenales reunidos en la congregación general de este viernes, será "el funeral de un pastor, no de un soberano", y se celebra en el atrio de la Basílica de San Pedro del Vaticano, según el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.
El cuerpo del Papa no es expuesto en el catafalco, como en ocasiones anteriores. Según el folleto de la celebración de la misa exequial, la segunda lectura se lee en español, lengua materna de Francisco.
La misa exequial del Pontífice es presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Al final de la Eucaristía tiene lugar la Ultima commendatio y la Valedictio. La ceremonia culmina con la salida del féretro del Obispo de Roma, acompañado por una procesión que se prevé multitudinaria, en dirección a la Basílica de Santa María la Mayor, donde será enterrado.
La tumba es de mármol de la región italiana de Liguria y lleva la inscripción "Franciscus", además de la reproducción de su cruz pectoral. Se encuentra en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la basílica liberiana, cerca del Altar de San Francisco, en la Basílica de Santa María la Mayor.
Un grupo de unas 40 personas pobres, presos, transexuales, sin techo y migrantes acompaña el féretro hasta momentos antes del entierro de su ataúd. Estas personas necesitadas están presentes en la escalera de acceso a la Basílica Papal de Santa María la Mayor para darle su último adiós. Cada uno de ellos tiene una rosa blanca en su mano.
El ataúd del Papa, que se traslada en un vehículo abierto para permitir ver el féretro, sale del Estado de la Ciudad del Vaticano por la Puerta del Perugino y se dirige hacia la Basílica de Santa María la Mayor. Se espera que el trayecto dure entre 30 y 40 minutos y que el vehículo que transporta el cuerpo del Papa avance a una velocidad de unos 10 kilómetros por hora.
Al menos 2.700 periodistas de todo el mundo se acreditan para los actos de estos días.
El dispositivo de seguridad
El dispositivo de seguridad de este sábado en Roma cuenta con francotiradores, escuadrones caninos, equipos de desactivación de bombas, fuerzas especiales en el río Tíber y otras unidades para garantizar que el funeral y el entierro del Papa transcurran sin incidentes.
Para proteger, no solo la multitud de fieles en el Vaticano y sus alrededores, sino también a los dignatarios mundiales, hay un despliegue sin precedentes de policías, militares y otras fuerzas de seguridad.
Para el funeral de Juan Pablo II, el 8 de abril de 2005, se calcula que acudieron unos cuatro millones de personas a Roma llegadas de todo el mundo, aunque solo 300.000 lograron un lugar en la Plaza de San Pedro. Además, miles de peregrinos pasaron la noche anterior en los alrededores de la plaza, en sacos de dormir.
En esta ocasión, y ante la llegada de decenas de miles de fieles, las medidas de seguridad en el Vaticano se han reforzado durante días y se ha establecido una zona de exclusión aérea. Las fuerzas especiales italianas también protegen la Plaza de San Pedro con equipos de defensa antidrón.
La misa funeral del Papa marca el inicio del tradicional período de nueve días consecutivos de luto que están marcados por misas en memoria del difunto Pontífice. Tras este período, se podrá convocar el cónclave de cardenales para elegir al sucesor, en un plazo que no podrá superar los 20 días desde su muerte.
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