Cierra Can Salat, un mítico comercio de L'Hospitalet casi centenario
Fundado en 1931, abandonará su actividad el próximo 26 de julio
El barrio de Santa Eulàlia en L’Hospitalet de Llobregat se prepara para despedir a uno de sus establecimientos más emblemáticos: Can Salat. Fundado en 1931, este querido comercio cerrará definitivamente sus puertas el próximo 26 de julio de 2024, marcando el fin de una era para los vecinos y visitantes del área.
Ubicado en la carretera de Santa Eulàlia, número 152, Can Salat ha sido mucho más que una simple tienda para la comunidad. Desde su apertura, ha sido testigo del desarrollo y crecimiento del barrio, especialmente tras la llegada del metro de la L1 a Santa Eulàlia, que facilitó el acceso y atrajo a más residentes y negocios. Can Salat se destacó por su longevidad y su servicio cercano a la comunidad.
El anuncio del cierre de Can Salat se hizo a través de un emotivo comunicado en redes sociales. En este mensaje, los propietarios expresaron su profunda gratitud hacia los clientes que han apoyado la tienda durante más de 90 años. El comunicado decía: "¡Buenos días! Queremos compartir con todos vosotros que el próximo 26 de julio, cerraremos definitivamente la tienda. En el barrio desde 1931, durante todos estos años hemos visto pasar por nuestras puertas generaciones de familias, convirtiéndose algunas en amistades y compartiendo con ellas todo lo que nos trae la vida."
La decisión de cerrar no fue tomada a la ligera. Los propietarios subrayaron el orgullo de haber mantenido siempre una oferta de productos tradicionales, modernos, de calidad y confianza. Además, aprovecharon la ocasión para agradecer a sus empleados más leales: "Gracias a María y a Miquel por toda una vida de trabajo a nuestro lado y a Silvia por los últimos años."
El agradecimiento a los clientes, quienes han sido la piedra angular de su éxito, fue especialmente destacado: "Nuestro más sincero agradecimiento a nuestros clientes por todos estos años de fidelidad. ¡Mucha suerte a todos, nos vemos por el barrio!" Con estas palabras, los propietarios de Can Salat no solo cierran un capítulo importante en la historia del barrio, sino que también reflejan el profundo vínculo entre el comercio y la comunidad local.
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