Lleida pone en marcha un sistema de radares móviles y fijos para controlar la velocidad en sus vías

En Lleida, nueve radares fijos controlan la velocidad del tráfico urbano, con el objetivo de garantizar la seguridad vial en una ciudad con 93.000 vehículos censados y un flujo diario de 104.000 vehículos adicionales que entran y salen. A pesar de su función de vigilancia, el radar que más multas genera no es fijo, sino móvil, instalado en un vehículo de la Guardia Urbana.

Los radares, en funcionamiento desde agosto de 2014, operan bajo un sistema rotatorio en el que solo tres están activos a la vez. La selección de los dispositivos operativos responde al "riesgo de siniestralidad y la evolución del tráfico", según explicó el consistorio. Sin embargo, uno de estos dispositivos fijos quedó inhabilitado tras sufrir daños en un accidente en octubre de 2023, tal y como explica El Periódico.

Las principales vías de Lleida, como la carretera LL-11 que conecta la autovía A-2 con la ciudad, soportan un elevado volumen de tráfico, con hasta 16.000 vehículos diarios, mientras que otras calles clave gestionan entre 8.000 y 10.000 vehículos. En consecuencia, la mayoría de los radares están estratégicamente ubicados en estas zonas de alta circulación.

No obstante, los radares fijos son responsables de solo un tercio de las sanciones por exceso de velocidad en Lleida. Según datos de 2022, el radar móvil de la Guardia Urbana detectó dos terceras partes de las infracciones. Este dispositivo puede operar en cualquier punto del municipio, incluidas las zonas limitadas a 30 km/h, lo que le otorga una gran efectividad en la detección de excesos de velocidad.

Los radares fijos están ubicados en calles con límites de 50 km/h, excepto el de la carretera LL-11, donde el límite asciende a 80 km/h. Este despliegue evidencia la apuesta del municipio por reforzar la seguridad vial, aunque la movilidad del radar móvil lo convierte en el principal instrumento para disuadir a los conductores imprudentes.