“Operación filisteos”, un thriller político centrado en la inauguración del Valle de los Caídos
Antonio Ruibérriz de Torres imagina la preparación de un atentado contra Franco el día de la inauguración de la basílica benedictina de Cuelgamuros
Recuerdo muy bien haber oído de niño el nombre de Quico Sabaté, el temido bandolero anarquista que, después de años de haber protagonizado exitosas acciones con total impunidad, fue abatido en Sant Celoni por un miembro del somatén. Pertenecía a aquella estirpe de personajes conocidos con el nombre de maquis que bajo el marchamo de la lucha contra el franquismo atemorizaron, cuando no aterrorizaron, a buena parte de la población durante un largo período posterior a la guerra civil y hasta el momento en que la oposición al régimen en el exilio decidió, valorando su ineficacia, renunciar a la lucha armada en favor del socavamiento del régimen desde el interior. Una decisión, dicho sea de paso, que se reveló a la larga mucho más eficaz.
Pues bien, Quico Sabaté aparece en alguna medida de forma un tanto secundaria pero no por ello menos eficaz en la novela “Operación filisteos” (Almuzara), un thriller político de Antonio Ruibérriz de Torres cuyo eje narrativo gira en torno a la organización del atentado que habría de destruir la basílica del Valle de los Caídos (hoy de Cuelgamuros) el día de su inauguración por Franco. Con el anarquista catalán hay asimismo otros personajes reales, como el a la sazón director general de Seguridad Carlos Arias o el comisario Quintela, feroz perseguidor de oponentes al régimen, ya por aquel entonces jubilado.
Innecesario es subrayar la eficacia de esta estratagema literaria en la que un autor entrelaza personajes históricos con otros de ficción, tarea que Ruibérriz ejecuta con habilidad para configurar un relato imaginativo en el que describe una acción con finalidad política que puede leerse como una novela policíaca. Resulta curioso observar cómo el autor pone el acento en la figura del dinamitero noruego Kjell en función de personaje principal de esta acción terrorista siendo así que ni sus características físicas, ni por su desconocimiento total de España y de la lengua española parece ser la persona más adecuada para llevar a cabo una misión de ese tenor, habida cuenta de la imposibilidad de pasar desapercibido una vez hubiese atravesado la frontera de los Pirineos, como así ocurre. Por otra parte, el autor describe a lo largo de su narración el desarrollo de una acción subversiva que utiliza métodos de trabajo aparentemente caracterizados por el amateurismo, la carencia de medidas de seguridad e incluso la falta de seriedad con que los implicados locales ejecutan las fases preparatorias del proyectado atentado, lo que constituye sin duda un factor fundamental en el fracaso de su propósito.
Por otra parte, “Operación filisteos” es, también, una historia de amor, un elemento necesario en cualquier ficción narrativa. En este caso, el surgido entre el noruego Kjell y la española Montse, una relación apasionada, efímera pero con consecuencias que van más allá de la política, las únicas que resultan perdurables en aquel fallido y estrambótico proyecto.
Escribe tu comentario