Denuncian al ayuntamiento de La Vall de Cardós por premiar un evento deportivo con un cordero vivo
Aunque la denuncia se centra en la edición de 2023, cuando se entregó un cordero al equipo ganador, el debate sigue vigente en 2024
La Asociación Contra la Tortura y el Maltrato Animal (Actyma) ha presentado una denuncia contra el ayuntamiento de La Vall de Cardós ante el Departamento de Agricultura, tras haber premiado con un cordero vivo en las Olimpíades Pallareses, una competición popular celebrada en la localidad. Aunque la denuncia se centra en la edición de 2023, cuando se entregó un cordero al equipo ganador, el debate sigue vigente en 2024.
Según ha afirmado el consistorio a Segre, el evento de 2023 fue organizado de manera independiente, sin su implicación directa, y en esa ocasión sí se otorgó un cordero como premio. Sin embargo, aseguran que este año, cuando el ayuntamiento participó en la organización, los premios fueron diferentes: un lote de productos locales y un cheque regalo.
No obstante, Actyma sostiene que en las redes sociales se había anunciado nuevamente la entrega de un cordero vivo como premio en verano de 2024. Como resultado, la asociación contactó a los Mossos d'Esquadra para evitarlo, señalando que la ley prohíbe otorgar animales vivos como recompensa en eventos.
Lluís Altes, presidente de Actyma, señaló que premiar con un cordero podría constituir un delito contra la salud pública, ya que los animales destinados al consumo humano requieren un control sanitario riguroso. "Los hechos de 2023 han prescrito, pero la ley debe respetarse", afirmó Altes.
Además, el presidente de la asociación resaltó su apoyo al sector agrícola y ganadero, pero subrayó que se deben buscar alternativas a los premios que involucren animales. "La payesía es un sector honorable y lo apoyamos, pero creemos que existen otras formas de premiar sin recurrir a animales vivos", comentó. Aunque Actyma no tiene pruebas de que se repitiera la entrega del cordero en 2024, han decidido presentar la denuncia para asegurar el cumplimiento de la normativa vigente.
Esta situación abre el debate sobre la necesidad de revisar las prácticas tradicionales en eventos locales, siempre dentro del marco legal que proteja tanto a los animales como a la salud pública.
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