Sitges restaura una estatua que había sufrido actos vandálicos

La escultura Cap de Crist, obra del artista Josep Cañas, ha recuperado su esplendor en el Baluard Vidal i Quadras de Sitges después de un meticuloso proceso de restauración. La iniciativa fue liderada por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Sitges, en colaboración con el Consorcio del Patrimonio de Sitges, con el propósito de preservar el valioso parque escultórico de la villa.

A lo largo de los años, esta pieza sufrió daños por actos vandálicos, como grafitis, la pérdida de la nariz y otras pequeñas mutilaciones. La restauración estuvo a cargo de Mònica Roca, restauradora de Sitges, quien empleó métodos químicos y mecánicos para limpiar la obra y eliminar las marcas de deterioro. Además, realizó una reproducción fiel de la nariz basándose en documentación fotográfica. Todo el proceso siguió los principios de la conservación preventiva.

El Ayuntamiento de Sitges, a través del Servicio de Restauración de los Museos de Sitges, reafirma su compromiso con la conservación del patrimonio artístico público, mediante un programa continuo de restauración y mantenimiento de las esculturas del municipio. Asimismo, hace un llamado al civismo, solicitando la colaboración de la ciudadanía para proteger el parque escultórico y evitar actos vandálicos.

Una obra icónica

Cap de Crist, creada entre 1969 y 1971, es una imponente representación de la cabeza de Cristo reclinada hacia atrás, con facciones profundamente marcadas que transmiten serenidad tras el sufrimiento. La escultura, de 83 cm de altura y montada sobre un pedestal, forma parte de la colección del Dr. Pérez Rosales, donada a la villa de Sitges. Originalmente, estaba ubicada en el Racó de la Calma, pero fue trasladada al Baluard Vidal i Quadras en 1992.

Josep Cañas, nacido en Banyeres, fue un artista autodidacta que destacó por sus esculturas de formas redondeadas y monumentalidad contenida, características que están presentes en esta pieza. Cap de Crist es una de las 42 esculturas que componen el parque escultórico de Sitges, distribuidas por diversos espacios públicos de la localidad.

Con su restauración, esta obra vuelve a ser un emblema del patrimonio cultural de Sitges, un legado que merece ser protegido y valorado por todos.