Polémica en Catalunya: ponen a una mujer con velo integral en un cartel para promocionar el 8M
Indignación por la representación de un símbolo de opresión en una jornada feminista
El Ayuntamiento de Castellvell del Camp (Baix Camp, Tarragona), gobernado por ERC, ha desatado una fuerte polémica con su cartel para el 8M, Día Internacional de la Mujer. En la imagen aparecen varias mujeres, entre ellas tres con velo islámico: dos con hijab y una con niqab, una prenda que cubre completamente el rostro dejando solo los ojos a la vista.
El uso del niqab en un cartel institucional ha provocado indignación, ya que es una prenda vinculada a las corrientes más radicales del islam y se considera un símbolo de opresión de la mujer en muchos países. Lo más llamativo es que Castellvell del Camp, una localidad de apenas 3.000 habitantes cercana a Reus (Tarragona), no cuenta con una comunidad musulmana significativa, lo que ha generado aún más preguntas sobre la decisión del consistorio.
Críticas a ERC por promover el islamismo en actos feministas
El cartel, firmado por el Ayuntamiento de Castellvell del Camp y una asociación de mujeres del municipio, ha sido duramente criticado por sectores feministas laicos, que denuncian que ERC está promoviendo el relativismo cultural en lugar de defender los derechos de las mujeres.
Para muchas activistas, la inclusión de una mujer con niqab en una campaña feminista es una contradicción. Mientras ERC ha ostentado la Consejería de Igualdad en Catalunya y ha defendido políticas feministas, este tipo de acciones muestran su apoyo a prácticas que perpetúan la sumisión de la mujer en determinadas culturas.
El debate sobre el velo islámico en Catalunya
El uso del velo islámico, en sus diferentes formas, sigue generando un intenso debate en España. Mientras que en países como Francia, Alemania y Bélgica se han tomado medidas para restringir el uso del niqab y el burka en espacios públicos, en Catalunya su presencia es cada vez más visible.
Los sectores feministas críticos con estas vestimentas las consideran una expresión extrema del patriarcado, donde la mujer es relegada a un papel subordinado. Por otro lado, algunos grupos defienden su uso como una manifestación de libertad religiosa y cultural.
La pregunta ahora es: ¿Cómo han llegado partidos de izquierda a promocionar símbolos de opresión en actos feministas? La polémica está servida, y las críticas a ERC no han hecho más que empezar.
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