Polémica en la Costa Brava: Ecologistas intentan frenar la construcción de 88 viviendas en Llançà

La Costa Brava vuelve a ser escenario de un enfrentamiento entre el desarrollo urbanístico y la conservación del medio ambiente. En Superfener, Llançà, han comenzado las obras para edificar 88 nuevas viviendas en un suelo hasta ahora no consolidado. Sin embargo, la iniciativa ha desatado las críticas de los ecologistas, que denuncian el impacto que tendrá sobre el paisaje y el ecosistema de la zona.

Un proyecto avalado por el Ayuntamiento y la Generalitat

El plan urbanístico de Superfener se remonta al año 2002, cuando se contempló en el plan general del municipio. Más tarde, en 2014, se aprobó el proyecto de reparcelación, lo que permitió dar luz verde a nuevas construcciones en la zona.

El Departamento de Territorio de la Generalitat ha respaldado la edificación al considerar que cumple con los requisitos establecidos en el Plan Director de la Costa Brava. Según Francesc Guisset, regidor de Urbanismo de Llançà, el proyecto respeta la normativa y busca consolidar la infraestructura viaria y dotar la zona de equipamientos esenciales.

"El Plan Director establece que deben definirse las zonas verdes, pero confirma el carácter residencial del sector", ha explicado el concejal a 324. 

SOS Costa Brava denuncia el impacto ambiental del proyecto

A pesar del respaldo institucional, los ecologistas han iniciado una campaña para paralizar las obras. La plataforma SOS Costa Brava organizó este jueves una acción reivindicativa en la zona, exigiendo que se realice una evaluación ambiental antes de continuar con la construcción.

Eduard de Ribot, abogado de la plataforma, ha advertido del peligro que supone esta expansión urbanística en primera línea de mar:

"Si no dejamos de urbanizar, y no los detenemos, esta ladera quedará completamente destruida."

El proyecto afectará a unas ocho hectáreas, y los ecologistas insisten en que no responde a las necesidades reales del municipio, sino que contribuye a la saturación del territorio.

El Ayuntamiento se defiende: "Todo está perfectamente planificado"

Desde el Ayuntamiento de Llançà, aseguran que el proceso ha seguido todas las normativas y controles previos, incluidos los informes paisajísticos, de control de incendios y medioambientales.

Francesc Guisset ha mostrado su sorpresa ante la oposición ecologista:

"Conocían este plan desde hace 17 años, y ahora vienen a decir que atenta contra el medio natural. Todo está perfectamente planeado y aprobado."

Más proyectos urbanísticos en la Costa Brava bajo la lupa

Superfener no es el único desarrollo urbanístico en Llançà que ha generado polémica. Muy cerca de esta urbanización, estaban proyectadas otras 80 viviendas en dos sectores cercanos al mar:

Sector Roses 2: Preveía la construcción de 40 viviendas.

Sector Perpiñán: Contemplaba 38 viviendas, aunque aún está en fase inicial.

El Plan Director de la Costa Brava ha reducido estas cifras a la mitad, reconociendo el impacto paisajístico que supondrían.

Desde IAEDEN (Institución Alt Empordanesa para la Defensa y Estudio de la Naturaleza), su portavoz, Josep Ciurana, critica que el Ayuntamiento se niega a revisar el planeamiento municipal, permitiendo un crecimiento "insostenible, irracional y disperso" en el territorio.

Los ecologistas insisten en que estos terrenos, situados en el límite del Parque Natural del Cap de Creus, no deberían ser urbanizables, sino preservados.

El Ayuntamiento asegura que el entorno está protegido

Por su parte, Francesc Guisset ha defendido que el Plan Director ha reducido la densidad de construcción en estos sectores, asegurando que el nuevo planteamiento respeta los corredores medioambientales y la migración de aves.

"La preservación del entorno está garantizada, aunque revisaremos los proyectos que aún no se han ejecutado", ha afirmado.

¿Freno a la urbanización o desarrollo necesario?

La batalla entre urbanismo y ecología sigue abierta en la Costa Brava. Mientras el Ayuntamiento defiende que estos proyectos responden a un crecimiento planificado, los ecologistas alertan de una nueva amenaza para el paisaje y la biodiversidad de la zona.