La Roja, aparte de ganar partidos, gana aficionados

En cualquier parte de España, los partidos de la Selección han aglutinado a millones de personas

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Que el fútbol es un deporte de masas, nadie lo duda. Como tal, genera pasiones que muchas veces van más allá de lo deportivo. El fútbol es un elemento aglutinador de la sociedad, en el que existen comunidades que sienten los colores de sus respectivos equipos, pero todo eso se supera para dar paso a la pasión colectiva. Ese es el momento en el que todo se funde para transformarse en un solo equipo, con un único objetivo: vencer a las selecciones de otros países. Y se desata la euforia colectiva. Todas las voces se unen a un solo color y deseo: ganar.

Estos días, la ilusión, pasión y entusiasmo ha vuelto a la familia futbolera con la selección española y su participación en la Eurocopa 2024, donde niños, jóvenes y no tan jóvenes, están viviendo con intensidad todos y cada uno de los partidos a los que se está enfrentando "la Roja". Por cierto, con éxito en todos ellos, lo que le supone pasar a la ronda siguiente. 

TVE ha tenido la buena idea de hacerse con los derechos de la transmisión del campeonato, una buena decisión al dar en abierto todos los partidos y conseguir de este modo una audiencia millonaria, batiendo récords.

La buena marcha del equipo español ha conseguido reunir entorno a un televisor a millones de personas. Cualquier lugar es bueno para comprobar cómo la gente disfruta del gran juego que está practicando la escuadra española. Es impresionante ver como grupos de amigos se cita en un bar para seguir en directo los partidos. Con entusiasmo y una participación impresionante, viven tan intensamente los noventa minutos, además del tiempo añadido, como algo propio. Se sienten identificados, lo viven con pasión y cuando marcan un gol, es tal la euforia que vale la pena verlos desde lejos.

La afición al fútbol, la adoración que sienten por la selección española es tal que miles de personas se rascan el bolsillo para asistir en directo a las confrontaciones, mientras que el resto de aficionados están pendientes del día, la hora y el equipo contra el que le toca jugar a la Roja para estar pegado a la pantalla del televisor. 

Es un ritual todo lo que envuelve a un partido de la Selección -también a cualquier equipo- con las llamadas a los amigos, la compra de productos (llámense palomitas o pipas), bebidas, las camisetas... Es una fiesta que une a la familia, amigos, conocidos y porqué no, desconocidos. El fútbol no es un mero espectáculo, ni solo un negocio, es algo que va más lejos, es un principio de identificación y de fidelidad que es capaz de movilizar a millones de personas de cualquier país.

Es impresionante ver cómo millones de jóvenes, en cualquier parte de España vibran con la Selección. El fútbol no entiende de política, ni de clases sociales. Un partido tiene la capacidad de fascinar a todo el mundo por igual. Que ciertos jugadores sean reconocidos en su lugar de nacimiento, pero también en cualquier parte del mundo, es algo que apasiona y muchos no llegan a entender.

La cohesión de los seguidores de la selección española tiene preocupados a los intransigentes. A esos que restan y no suman. Los que se pasan la vida mirándose el ombligo, diciendo lo que tienen que hacer los demás, y a quiénes tienen que seguir en el deporte. La gente hace lo que considera que tiene que hacer, sin importarle lo que piense este tipo de personas. 

El partido de España - Georgia de este pasado domingo fue visto por 9.059.000 espectadores y llego a alcanzar los 14,1 millones de espectadores en algunos momentos del encuentro. ¿Alguien duda de que el futbol tenga esas audiencias? Pues las tiene y la selección española es un referente.

En cualquier parte de España, los partidos de la Selección han aglutinado a millones de personas. En Cataluña, Euskadi y Galicia el seguimiento ha sido muy alto, y los aficionados no se han perdido ningún partido. No tienen miedo, les importa poco lo que puedan pensar si se les ve con los colores de la Selección. 

Al final, el fútbol sirve también para unir a las personas, defender unos valores en el deporte y sentirse orgullosos de pertenecer a una comunidad que tantas alegrías está dando con un fútbol que entusiasma a propios y extraños.

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