No todo está perdido: se puede parar a la ultraderecha a nivel global

Artículo de opinión del director del Área Internacional de la Fundación Chile 21 

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Catalunyapress milei
Foto: Europa Press

 

Que la ultraderecha tanto a nivel de la Unión Europea como globalmente es un peligro para la democracia es un hecho real que no hay que perder de vista y buscar el más apropiado talante político de enfrentarla y desnudarla frente a los votantes.

 

Un somero contexto

Previo a ir al análisis de los resultados de las elecciones del parlamento de la UE (6 al 9 de junio pasado) es necesario contextualizar el tema en cuestión. En efecto, debemos estar atentos al avance de la ultra y extrema derecha, no tan solo en Europa, sino también a nivel mundial. Éste referente político y, social, se ha instalado en el escenario internacional, tensionando fuertemente al sistema democrático, al Estado y sus instituciones, a los partidos tradicionales, preferentemente al centro político y le compite abiertamente y violentamente a la izquierda el apoyo político social y electoral que ésta ha tenido históricamente. Con sus discursos de odio, con lenguaje agresivo, grotesco, incultos e ignorantes, en un mundo complejo de entender, en donde la desigualdad y la falta proyectos políticos que enfrenten decididamente las coordenadas del modelo económico neoliberal, esta fuerza política de extrema derecha gana adhesión y apoyo en capas sociales vulnerables, marginales y, descontentas con el sistema democrático y, con sus referentes políticos tradicionales. 

Debido a esto, es que hay poner mucha atención e intentar enmendar este virus ultraderechista que infecta y destruye el sistema democrático. Según el escritor español, crítico literario y profesor de filosofía, Rafael Narbona, la ultraderecha está ganando la batalla cultural, cada vez hay más votantes que se identifican con el discurso nacionalista, xenófobo, misógino, homófobo, belicista y aporofóbico.  Estos ciudadanos están entre la clase media y la clase trabajadora, tan solo ver los votantes trabajadores en Francia que votan Le Pen, o bien los ciudadanos de clase media empobrecida o cesantes de los Estados de la ex República Democrática Alemana (DDR) que sufragan por el partido de la ultraderecha Alternativa por Alemania (AfD).   

 

La elección, sus resultados e interpretación

La participación electoral en estos comicios fue de un 51,05% mayor que en comicios anteriores y nada despreciable pese a la sensación térmica de la ciudadanía europea de rechazo a los partidos políticos y de su frustración frente a la ineficacia de las políticas económicas y sociales restrictivas a las peticiones de vastos sectores sociales. 

Veamos los resultados de los referentes de la ultraderecha en esta elección 2024: la primera fuerza de ella, Patriotas por Europa, derecha y extrema derecha (M. Le Pen), 84 escaños (11,67%); le sigue Conservadores y Reformistas Europeos, derecha liberal y extrema derecha (presidenta del Grupo, G. Meloni), 78 elegidos (10,83%) y, el Grupo de Europa de Naciones Soberanas (donde ubica el partido alemán Alternativa para Alemania, partido de extrema derecha, logra 25 escaños (3,47%). Los tres referentes de la ultraderecha europea observan profundas diferencias entre sí, especialmente en la forma como situarse políticamente al interior del parlamento de la UE, lo cual imposibilita un accionar conjunto. 

Al observar estos resultados de esta elección podemos constatar, tal como lo dicen, medios de comunicaciones y expertos, que no se ha producido un vuelco en el escenario de la UE a favor de los partidos de la extrema y ultraderecha. Las llamadas familias políticas tradicionales, como el Partido Popular Europeo (PPE), tiene 188 escaños (26,11%), los Socialistas & Demócratas siguen siendo gravitantes, logran 136 elegidos (18,89%), y que, unidos a otros referentes políticos como Verdes y Alianza Libre Europa, que tiene 53 escaños (7,36 %), y en alianza con los liberales del Renew Europa que obtienen 77 puestos en el parlamento (10,69%), tienen una mayoría satisfactoria por la defensa de las instituciones y organismos democráticos de la UE. En esta elección, los Socialistas & Demócratas, el Partido de los Verdes y Alianza Libre Europa y el Partido La Izquierda sufrieron una merma en sus votaciones lo cual implicó una baja importante de representantes. 

 

Sí, se puede parar a la ultraderecha

Se sobredimensionó el supuesto “rotundo éxito” de la ultraderecha en las elecciones de la UE. Avanzaron, pero no tuvieron el éxito que esperaban una M. Le Pen o una G. Meloni. En los resultados nacionales en tres países la ultraderecha sí avanzó, Francia, Alemania e Italia, en el caso francés el presidente E. Macrón disolvió la Asamblea Legislativa y llamó a nuevas elecciones. En estas nuevas elecciones a la AL, la conformación de un “moderno” Frente Popular junto al partido del presidente Macron relegó a un tercer puesto a la ultraderecha francesa. Lo mismo había sucedido en Finlandia en donde la alianza de la izquierda derrotó a la ultraderecha finlandesa en las elecciones europeas. Se estancó la ultraderecha en Suecia y Dinamarca, y en Portugal, el Partido Socialista se situó en la primera mayoría de los votantes con un 32,9%.

La clave política es la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda con el objetivo de derrotar a la extrema derecha con un programa nítido de defensa de las conquistas sociales, la lucha contra la desigualdad y una batalla cultural de defensa de los valores democráticos alcanzados.

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