Tres Mossos suspendidos: Turrull y Borràs apelan a las leyes, ¿de verdad?
El caso es que parecía todo estaba pactado porque no se entiende que los Mossos no hubieran detenido al huido
Todavía colea la huida del expresidente Carles Puigdemont delante de las narices de Mossos de Escuadra en Arc del Triomf de Barcelona, donde dirigió unas palabras a los asistentes - pocos, por cierto- y cuando se esperaba, como él había dicho, asistir a la sesión de investidura del presidente Salvador Illa. Su desaparición amparada por los políticos de su partido, incluido el presidente del Parlament de Catalunya, que desdibujo la sesión. Fue la noticia de la jornada y el hazmerreír de todos, fuera y dentro de España.
El caso parecía que todo estaba pactado porque no se entiende que los Mossos no hubieran detenido al huido. Para más recochineo, Puigdemont dejó en ridículo a la policía catalana, la encargada de ejecutar la orden de detención emitida por el juez. Este suceso levantó las críticas de los cuerpos de seguridad del Estado, a los que dejaron fuera del operativo, y creó malestar en una parte de Mossos, así como en algunos partidos políticos, jueces y la ciudadanía que se quedó petrificados ante el espectáculo de película.
Una vez más, la gente pensó que algunos políticos tienen un trato especial: es un ser intocable, mientras que, a los ciudadanos rasos, es decir la “tropa”, se les hace cumplir las sentencias, las órdenes judiciales, las multas y lo que haga falta, sin derecho a réplica para aquellos que no disponen de dinero para recurrir, que son la mayoría. Un ejemplo digno de la democracia de Nicolas Maduro. El problema es que estamos en Catalunya, en España y acontecimientos como estos no hacen la más mínima gracia, no es un chiste.
Con el nuevo Gobierno, Nuria Parlón la nueva consellera de Interior, como suele hacerse siempre, introduce cambios. Es decir, cesa a los cargos de confianza del anterior gobierno y nombra a otros. El nombramiento más significativo es el del rehabilitado Josep Lluís Trapero, que este martes será nombrado director general de la Policía, un cargo de confianza política que tiene que afrontar la situación de los Mossos. El nombramiento de Trapero ha sentado como una bomba en el mundo independentista, al que califican de traidor después del juicio del procés. El mayor Trapero había participado en más de una comida con Puigdemont en la “residencia” de verano de Pilar Rahola, con sobremesa, concierto de guitarra y canto colectivo de canciones de Serrat. Pero Trapero siempre había dicho que él era un policía, un servidor público nacido en la Santa Coloma donde los socialistas han sido el partido que más tiempo lleva gobernando.
El conflicto de la huida de Puigdemont está siendo investigado por la División de Asuntos Internos DAI para determinar la implicación de los tres agentes en la huida. De momento les han suspendido de manera cautelar hasta conocer la implicación de los tres Mossos en el plan de huida de Barcelona de Puigdemont.
Como era de esperar, el secretario general de Junts, Jordi Turull ha salido a defender al trío de Mossos, tachando de “venganza” la suspensión de forma cautelar. Y como era insuficiente añadía “que la policía catalana no se merece pasar por esta vergüenza”. Lo ha dicho y se ha quedado mirando a Waterloo sin decir que quien ha dejado en ridículo, y se ha reído de la policía catalana, ha sido su jefe Puigdemont, el president del Parlament de Catalunya y un grupo de diputados…. Pero Laura Borras, la presidenta de su partido, la que da concursos a dedo a sus amigos, también se ha lucido como siempre, cuando ha dicho que "todo el apoyo a los tres agentes y todo el rechazo a los jueces que se niegan a aplicar la ley, su comportamiento sí que debería de ser perseguido y suspendido", Debe ser que el calor la tiene un poco sofocada, cuando apela al cumplimiento de la ley que ellos se han saltado todas las veces que han querido. Y en cuanto a los tres mosqueteros, las leyes se las han saltado y eran conocedores de las consecuencias que ello representa.
El problema de políticos como ellos es que piensan que Catalunya es de su propiedad, que siempre han hecho lo que les ha venido en gana y la independencia es para seguir haciendo los que les venga en gana sin que nadie les controle. Es la ley del embudo que todos ya conocen. Claro que Catalunya, por suerte, no es un país de discurso único, uniforme y sectario, sino diverso, plural y abierto.
Los Mossos, como cualquier ciudadano, han de atenerse a las leyes. Si no lo hacen pues a asumir las consecuencias, por mucho que haya políticos que los utilicen y ellos se presten. Cantaba Joan Manuel Serrat en su canción ‘Toca Madera’: “Nada tienes que temer, al mal tiempo buena cara, la Constitución te ampara, la justicia te defiende, la policía te guarda, el sindicato te apoya, el sistema te respalda”. Pues eso...
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