Pedro Sánchez convoca el Congreso del PSOE con varios frentes abiertos
Dicen que la mejor defensa es un ataque y así se interpreta la decisión del líder socialista de la convocatoria
De vuelta al tajo político, con el todavía sofocante calor veraniego, la tensión política recobra la normalidad de siempre y la noticia dada por Pedro Sánchez de adelantar un año el Congreso del PSOE. Mientras que el PP, después del cónclave veraniego, como cada año, en Pontevedra, donde habrán disfrutado de la magnífica gastronomía gallega, avisa de que ha preparado su artillería para no dar tregua al presidente del Gobierno. Argumentos no les faltan.
Dicen que la mejor defensa es un ataque y así se interpreta la decisión del líder socialista de la convocatoria del Congreso, sin dar tiempo a los que discrepan de preparar una alternativa a su candidatura. ¿Es una huida hacia delante? Es la estrategia de Pedro Sánchez de tenerlo todo atado y bien atado para seguir dirigiendo como mano firme al PSOE, que ha conseguido moldearlo a su estilo tan personalista que ha cambiado hasta la filosofía del mismo. Lo que ocurre, ejemplos hay más de uno de que no siempre es así: Franco pensaba lo mismo y en menos que canta un gallo le desmontaron la parada desde dentro. La confianza excesiva es una mala consejera.
Este lunes, se reunía la Ejecutiva del PSOE para dar el visto bueno a la propuesta de Sánchez. Y como era de esperar la proposición de celebrar el congreso los días 30 y 31 de noviembre y 1 de diciembre en Sevilla, ha sido aprobada por unanimidad. La unanimidad que da el haberse rodeado de personas que no le van a llevar la contraria ¿Cuántos críticos están en la ejecutiva? Ninguno, por lo tanto, es la unanimidad que desacredita la democracia interna.
¿Por qué convoca el congreso? Está claro: sacarse de encima a los díscolos que dicen en público lo que piensan. Sánchez quiere gente dócil y comprometida con “su proyecto”, que no es el del socialismo. Necesita cambiar a varios dirigentes territoriales que le están creando problemas porque no comparten su nuevo modelo socialista que ha traído su líder. Y es que determinados socialistas de la periferia llevan tiempo no compartiendo el rumbo de su partido, entre ellos los pactos con determinados partidos políticos como EH-Bildu, Junts, ERC y compañía por las concesiones que viene dando para conseguir, primero su investidura y después apoyar algunas de sus leyes. La gota que ha colmado el vaso ha sido el pacto con ERC para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Catalunya , que, a cuenta de ello, ha pedido un “concierto económico para Catalunya” similar al vasco. Montero como otros socialistas implicados manifiestan que “es una financiación singular, no un concierto”,
Aunque Montero, que ha sido elegida por Sánchez para que de la cara sobre “la financiación singular” y así librarse él de hablar del tema, tiene el suficiente desparpajo como para decir una cosa un día y al poco tiempo la contraria sin el más mínimo rubor y no darse cuenta del lugar en el que ha dejado su ética. Ya lo decía en su día el magnate Steve Jobs: “La estrategia es averiguar qué no hacer”, y eso es lo que está haciendo Pedro Sánchez presidente del gobierno: el no hacer nada él.
El congreso de los socialistas a dos meses, los presupuestos que de momento sigue en el aire si serán aprobados o no, el tema de Begoña Gómez y ahora - ¿para distraer al personal?- la auditoría al ministerio que llevaba Ábalos por el tema de las mascarillas, mejor dicho, de la adjudicación de las mascarillas a los amigos. Esta situación ha molestado de lo lindo al exministro, que se siente perseguido. Una reentré política para Pedro Sánchez que no tiene buena pinta, ni en el partido, ni en el gobierno. Son demasiados frentes abiertos y aunque es una persona con suerte, no siempre en la vida la suerte está de parte de uno. Por cierto, tiene enfrente al PP, que ha llegado cargado de demandas por varios temas…
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