Por qué debe haber más mujeres en las profesiones digitales
La brecha digital de género implica costes sociales y económicos
Mi artículo anterior, La brecha digital de género en las profesiones digitales, planteaba que, si bien no existen en nuestro país diferencias destacables en el uso de la tecnología digital entre hombres y mujeres ni en las habilidades para utilizarlas, sí que existe una notable ausencia femenina en las profesiones científicas y tecnológicas (exceptuando en campos como la biología o las ciencias de la salud). Analizar la falta de vocaciones STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) entre las niñas y jóvenes sería otro objeto de estudio, pero lo cierto es que la desproporción de género en el empleo relacionado con la tecnología digital conlleva una serie de costes económicos y sociales que hay que tener en cuenta.
La asociación ClosinGap dedica buena parte de su actividad a analizar a través de su colección de informes las brechas de género existentes actualmente en España, y en uno de ellos, Coste de oportunidad de la brecha de género digital, ha llevado a cabo el ejercicio de calcular el coste de oportunidad que implican las brechas digitales de género en términos económicos y de bienestar individual. El trabajo divide estos costes en tres categorías: el ámbito personal, para la economía y la sociedad, y para las cuentas públicas.
Empezando por aquellos costes de oportunidad relacionados con el ámbito personal y familiar, ClosinGap destaca que para la mujer la brecha implica no poder acceder a puestos de trabajo tecnológicamente más intensivos y mejor remunerados y, en cambio, verse obligada a desempeñar ocupaciones tradicionales más expuestas a resultar automatizadas a causa de la transformación digital. A ello hay que sumarle que las mujeres encuentran una mayor dificultad para reciclarse o formarse en nuevas competencias profesionales por tener en general mayores responsabilidades de conciliación.
Los costes de oportunidad socioeconómicos de la ausencia de mujeres en las profesiones digitales se basan en que ellas se enfrentan a la precarización del mercado laboral no digital en un futuro abiertamente tecnológico. Adicionalmente, la ausencia femenina tendrá un impacto en el diseño del mundo del futuro, eminentemente androcentrista si no garantiza suficiente diversidad de género.
Por último, desde la perspectiva de los presupuestos públicos, el informe avisa de que la exclusión de la mujer de la economía digital supone una merma de los potenciales ingresos fiscales del trabajo, y un despilfarro ligado al desaprovechamiento de la inversión en la formación recibida, al renunciar las mujeres a postular a trabajos de intensidad digital.
La edición de 2022 del estudio de ClosinGap se aventuró a cuantificar el valor de la brecha digital de género. De esta manera, las brechas entre mujeres y hombres en España suponen un coste de oportunidad (el valor económico al que se renuncia por una determinada actuación o gasto) para la sociedad de 213. 299 millones de euros, cifra que sería el equivalente al 19 % del PIB de 2020.
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