Que este 2025 no nos quiten los sueños, sino las guerras y el odio

Dice que en la vida de las personas hay dos elementos importantes: lo que le gustaría que fuera su vida, el deseo, y otra la real, la que está viviendo, con la que no siempre está de acuerdo.

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2025
Imagen: Canva Pro

 

Dice que en la vida de las personas hay dos elementos importantes: lo que le gustaría que fuera su vida, el deseo, y otra la real, la que está viviendo, con la que no siempre está de acuerdo. Aquí entran las ilusiones, los sueños, que siguen siendo herramientas imprescindibles para que la vida sea lo más llevadera posible. "¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño y los sueños son”, escribía Calderón de la Barca en su obra La vida es sueño.

Cuando marcamos el último día del año, 31 de diciembre, somos conscientes de que ha llegado a su fin un año más. En este caso, el 2024, que ha sido de todo menos agradable. Son tantas y tantas las cosas que han sucedido en estos 365 días que algunas nos parecen muy lejanas, otras se han grabado en nuestra mente y no se van a borrar por mucho tiempo que transcurran.

La política nacional, la autonómica y la municipal han estado permanentemente en la información diaria que llega a la ciudadanía por distintos canales de información: diarios digitales, prensa escrita, radios, televisión, agencias y hasta por “radio macuto”, que no siempre es fiable.

No hay que olvidar que la política internacional viene marcada, por desgracia, por las guerras tan sangrientas que están teniendo lugar, en Ucrania, la brutal actuación de Israel en Gaza, a la que se ha sumado la intervención del ejército israelí en el Líbano. La derrota del régimen de Asad en Siria por parte de los rebeldes tras trece años de lucha sangrienta, en la que miles y miles de personas tuvieron que marcharse del país y las que fueron asesinadas. Ahora ha sido el dictador el que ha huido, con millones en bancos extranjeros, a Rusia, uno de sus principales “amigos”. Pero no solo hay activas esas dos guerras, las más próximas mediáticamente, sino que hay otros conflictos armados a gran escala: en Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria. Varias organizaciones han constatado un aumento en los conflictos armados en los últimos años, tras décadas en las que se mantuvieron bajos. Unos países en los que se visualizan poco estas guerras y, así, la presión internacional es menor, por desgracia para sus habitantes, que sufren las consecuencias de la guerra con miles y miles de muertos y hambrunas devastadoras.

Otros países sufren los efectos de la pobreza con regímenes autoritarios, donde los dictadores marcan para siempre las vidas de sus habitantes. Otros se ven privados de sus libertades, y las que más salen perdiendo son los niños y las mujeres, donde los talibanes han impuesto su interpretación especial del Corán y les han quitado todos sus derechos. Las mujeres se han convertido en esclavas de sus maridos, padres o hermanos. Es una situación realmente angustiosa. Es la realidad de esos países que, por mucho que sus habitantes quieran cambiarla, no es posible sino llega la ayuda desde el exterior, cosa que no suele ocurrir.

El mundo está gobernado, en algunos países, por dictadores, que cada día avanzan más. ¿Es un mundo de descerebrados? Eso parece cuando la ultraderecha, populista y engañosa está vendiendo políticas que son camelos. ¿Quién tiene la culpa? Pues todos, unos en mayor medida, otros en menor, pero no se escapa nadie de sus responsabilidades.

La desafección política es grande; las izquierdas, los liberales y la derecha “moderada” no han hecho bien su trabajo. Alemania es el ejemplo europeo más reciente. En España, la situación se vive más de cerca y este año ha sido como una noria, cuyas consecuencias están viendo. No hay diálogo entre los dos grandes partidos, más bien su relación parece una velada de boxeo, donde se dan de lo lindo durante el tiempo que dura el combate. El PP se ha echado al campo, intentando que los de VOX, extremistas, no les sigan quitando votos. Una actuación, la del PP, de bastante insolidaridad y falta de apoyo a políticas que beneficien a la ciudadanía. Esta actitud no se había visto en los gobiernos de Aznar y Rajoy. Tenían otro sentido de Estado sin disculpar los errores que han cometido en sus gobiernos respectivos. Decía el cantautor Ricardo Arjona que “Por andar por las nubes uno se olvida del suelo”. Eso es lo que les está sucediendo. Mientras que el PSOE está metido de lleno en dos problemas: la necesidad de votos para sacar adelante leyes y los problemas judiciales que se verán en el 2025.

Resumir en unas pocas líneas lo que ha sucedido en este 2024 es imposible; nos dejamos muchas cosas, pero los políticos deben hacer una reflexión en profundidad en este 2025 para apaciguar la situación. Escribía Antonio Machado que “Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura”.

Así que, este 2025 sea un año de sueños que se transformen en realidad: soñar no es malo, pero no se vive solo de ellos, sino de hechos. De cambio, de parar la guerra, de solidaridad y de ética.

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