365 días para estrenar
Tenemos un problema cuando el porcentaje de niños con respecto a la población total es solo del 13,04% en todo el país y las personas mayores de 65 años, representan ya un 20,58% del total y podemos hablar a día de hoy de que tenemos una población envejecida con una esperanza de vida media situada en los 84 años.
A este 2024 le quedan solo unas pocas horas, y sin embargo, ya ha dejado su huella imborrable en nuestra memoria y múltiples noticias para la hemeroteca anual, de todo tipo y para todos los gustos.
Muchos nos estamos acordando estos días de todos aquellos que siguen trabajando para devolver a la Comunidad Valenciana una nueva normalidad tras la DANA. Ese fenómeno que será cada vez más habitual en nuestro planeta por ese cambio climático que nos conmocionó a todos y que tras cuya gestión nos ha dejado un mal sabor de boca y un sufrimiento "extra" del todo innecesario. Allí como siempre estuvo nuestra solidaridad colectiva que está cuando se la necesita. Somos un país magnífico y nadie puede poner en duda que vive en uno. Las Fake News quieren trasladarnos el caos y traernos la desesperanza generalizada pero tenemos que recordar siempre que somos de los que nos crecemos ante las adversidades. Que estas nos encuentran unidos y tendiendo todas las manos cuando es necesario. Sobreponernos a lo negativo es una tarea individual con recompensa colectiva. Por eso, debemos sentirnos orgullos de nosotros mismos, aunque mucho se escribirá en el futuro de cómo se des coordinó a manos llenas. Ocurrió ante nuestros ojos y admitamos que es difícil de olvidar porque fue más que lamentable, "tot plegat".
Un adelanto electoral fruto de un presupuesto tumbado trajo a Catalunya un nuevo Govern al Palau de la Generalitat, una nueva correlación de fuerzas políticas en el Parlament y todo coordinado por el equipo del ahora President, Salvador Illa. También hemos vivido una Ley de Amnístia polémica y nos ha sorprendido, una convulsa guerra fratricida "a cara de perro" dentro de ERC, mientras en Junts se relamían alimentando con toda la leña posible el fuego de tan encarnizada contienda.
Y a pesar de todo, existe un consenso y una sensación generalizada de haber llegado a una isla de paz y tranquilidad colectiva. Lejos del desasosiego continúo que nos llevó a la mayoría al hartazgo y el empacho de platos interminables de "procés" para desayunar, comer, merendar y cenar. De esa insistencia tozuda que desatendió cosas importantes, que muchos sintieron como un no atender y resolver los problemas reales de los catalanes. De allí las urnas dijeron un "gran basta", suficiente para un cambio de rumbo al timón de este barco a la deriva durante más de 10 años llamado Catalunya.
Es cierto que los tiempos huelen desde Europa a un "cambio de aires", algo que puede materializarse en medidas "impopulares" que presumiblemente afectarán al bolsillo del primero al último de nosotros. Muchos son los indicadores que lo certifican. La reforma de nuestro sistema de pensiones da la impresión que está al caer, como exigencia para más fondos a nuestro país y me temo mucho que a algunas generaciones nos tocará perder para que el sistema se sustente para muchas más.
Hay que recordar que cada generación ha demostrado tener un gesto de generosidad con las que le siguen y hay que pagar la cuenta de mantener un Estado del Bienestar que está haciendo aguas por muchas grietas y puede explotarnos en la cara en cualquier momento si no le ponemos solución en lugar de "tiritas". Las tasas de pobreza y especialmente las de pobreza infantil son preocupantes. Estamos involucionado socialmente y hemos generado una tipología de barranquismo que recuerda a la de nuestros abuelos en plena inmigración interna en los años 60, pero que en esta ocasión es "barranquismo vertical" y así nos lo ha hecho notar Cáritas en su último estudio. Pidiéndonos además que un hogar digno no sea "una carta a los Reyes Magos".
Necesitamos reforzar con ganas y fuerza el actual sistema de bienestar que hemos construido entre todos. Sanidad, educación, pensiones y servicios sociales de carácter universal. Es necesario que nos empeñemos en crear empleo digno e invirtamos en reforzar la base de nuestra pirámide de población tanto en Catalunya como en España. Dado que nos encontramos ante un preocupante saldo vegetativo negativo, es decir se están produciendo más muertes que nacimientos cada año, lo que significa que la población se contrae y sufrimos un proceso de envejecimiento paulatino.
Tenemos un problema cuando el porcentaje de niños con respecto a la población total es solo del 13,04% en todo el país y las personas mayores de 65 años, representan ya un 20,58% del total y podemos hablar de un conjunto de población envejecida con una esperanza de vida media situada en los 84 años. Una esperanza de vida muy alta comparada con la del resto del mundo, fruto de nuestra calidad de vida, de la que en ocasiones no somos conscientes pero si deberíamos estar permanentemente agradecidos.
Vivimos en un país que presenta una pirámide regresiva con la base más estrecha que la zona central y un porcentaje de personas mayores significativo. Algo que conlleva sin dilación a tener que planificar un sistema de atención social mejorado para que nuestros mayores tengan unos estándares asistenciales altos, una calidad de vida que llegue hasta el último de sus días con nosotros. Aprender de los errores en Covid es vital, y salir mejores es, sin duda, una obligación compartida como sociedad avanzada. Ellos nos cuidaron a nosotros y nosotros tenemos que cuidarlos a ellos junto a nuestros hijos. La solidaridad entre generaciones es uno de los valores a proteger y transmitir en nuestra sociedad. Es primordial tenerla presente huyendo de la depreciación social de las personas mayores, que con tanto ahínco intentan instaurar una parte minoritaria. Todos somos esenciales, a nadie debemos dejar atrás y recordarlo es un deber compartido.
En este 2025 nos esperan retos relevantes que marcarán muy significativamente nuestro futuro. El proceso de digitalización que todo el tejido productivo y empresarial está llevando a cabo gracias a los Fondos Next Generation a través del Kit Digital merece toda nuestra atención, y dedicación, para coger el tren que pasa ahora por nuestra estación. Es obligatorio renovarse y formarse continuamente. Esforzarse colectivamente para construir un futuro compartido mejorado y aprovechar todas las oportunidades de progreso que se nos brinden.
El 2025 nos trae 365 días a estrenar juntos. ¡Feliz entrada en año!
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