Año nuevo y división vieja en el independentismo catalán
Las discrepancias entre Òmnium y la ANC siguen siendo notorias, lo que hace difícil una acción conjunta
Se fue el 2024 con alivio, pues no fue un buen año. Estamos en los primeros días de este 2025 al que hemos recibido con la esperanza de que sea mejor. La ilusión, la esperanza y, por supuesto, el esfuerzo de cada uno deben ser los motores para cumplir los propósitos, en mayor o menor medida. “Año nuevo, ¿problemas viejos?”, es evidente que las cosas no se solucionan en un abrir y cerrar de ojos, ni con un cambio de calendario, ni con las uvas ni los deseos. La vida es más complicada que eso. No obstante, siempre hay que mantener la ilusión, acompañada de esfuerzo y algo de suerte.
En Catalunya, la cúpula de la ANC, ante el panorama de "bajón" del independentismo, intenta hacer frente al cansancio de muchos simpatizantes que creyeron en promesas incumplidas a día de hoy, y es evidente que han perdido apoyo en la calle. Las encuestas muestran su declive. Ante esta situación, quieren reactivarse y tienen previsto presentar una nueva hoja de ruta que someterán a sus “asociados” para volver a las calles, tensarlas y generar un enfrentamiento entre independentistas y los que no lo son. Intentan pasar del enfrentamiento verbal al físico con los no independentistas, que son mayoría. Deben recordar que en los momentos más álgidos del procés, estos últimos, por prudencia, permanecieron en silencio. Ahora, los dirigentes de la ANC, que por cierto viven muy bien, harán un llamamiento para salir a las calles de nuevo. ¿Tendrá éxito? La gente está cansada de lo vivido. Lo que buscan es volver a la normalidad, que las empresas regresen a Catalunya, que esta tierra sea la locomotora del país, que se hable de ella por razones positivas y no por las acciones violentas que solo espantan inversiones, empresas e incluso ciudadanos.
Mientras tanto, Òmnium, entidad que ha apoyado al independentismo junto con la ANC, y consciente de la situación actual en Catalunya tras la victoria de Salvador Illa, reconoce que el independentismo ha sido derrotado en las urnas, lo que también ha supuesto la pérdida de la mayoría en el Parlament, marcando el fin del procés. Este jueves, su presidente, Xavier Antich, a través de un video, ha hecho un llamamiento a su militancia, que en su mayoría –180.000 socios– se siente decepcionada y calla. En el video, Antich alerta sobre la necesidad de un giro de 180 grados en el soberanismo para fortalecerse. Es urgente cambiar la inercia a la deriva, refiriéndose al ciclo de desánimo y frustración que ha paralizado el movimiento. Según el líder de Òmnium, los próximos cuatro años son cruciales para enderezar el rumbo del catalanismo.
Antich defiende que la misión del país es “construir un nosotros inclusivo que haga de Catalunya un país orgulloso de sí mismo”. Estas son las grandes líneas de las reflexiones de Òmnium, que se posiciona tras el giro de la ANC, que apuesta por la confrontación. Las discrepancias entre Òmnium y la ANC siguen siendo notorias, lo que hace difícil una acción conjunta, aunque ambas entidades se proclamen en la misma dirección de la unidad. El independentismo está dividido, con fracturas profundas y métodos diferentes. ¿Habrá hoja de ruta conjunta? Hoy por hoy no, pero quién sabe en el futuro: ANC y Òmnium, separadas. ERC y Junts, tres cuartos de lo mismo, y la CUP, reflexionando tras la pérdida de confianza de buena parte de su electorado.
Por su parte, el nuevo presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, ha optado por centrarse en gobernar, buscando recursos para inyectarlos en los sectores más necesitados: sanidad, educación e infraestructuras. Un ejemplo de ello se ha dado este jueves, cuando la Consellera de Territorio y portavoz del gobierno, Silvia Paneque, anunció que ya se han cerrado los trabajos para el traspaso de Rodalias a la nueva empresa mixta entre el Gobierno y la Generalitat. Con este proyecto, el gobierno de Illa quiere cambiar la compañía ferroviaria, con una inversión de 77 millones de euros en los próximos dos años y 39 acciones previstas. La Consellera Paneque y el presidente de Renfe, Raúl Blanco, han señalado que la seguridad y la mejora de la información en tiempo real a los usuarios serán prioridades.
Salvador Illa ha logrado transmitir tranquilidad a gran parte de la sociedad, que lo percibe como una persona serena, centrada en su hoja de ruta. Algunos lo comparan con un Pujol moderado, mientras que otros creemos que, si sigue la estrategia “moderada” de Josep Tarradellas, adaptada al socialismo actual, ganará más confianza. Illa, que no es precisamente un hombre de chistes ni excesiva simpatía, ha logrado aportar calma y, hasta ahora, se ve que la financiación –bajo el nombre que sea– pendiente de cumplir por parte del gobierno de Pedro Sánchez parece que traerá más recursos a Catalunya, algo que le hace mucha falta. Así están las cosas en Catalunya: tranquilidad, pero con la amenaza de quienes no admiten que han perdido la batalla y piensan que aún toca luchar de manera diferente
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