Puigdemont vuelve con sus amenazas, que no cumplirá como siempre

Dice un refrán popular que “cuando el diablo no tiene que hacer, con el rabo mata moscas”. Ocioso y desesperado debe estar Carles Puigdemont, que de nuevo vuelve a la carga, si es que alguna vez lo dejó, amenazando una vez más al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, si veta la cuestión de confianza solicitada por su grupo Junts. De momento, y lo han dicho casi todos los ministros, no están por la labor. Es una trampa para los socialistas, pero también para los “junteros”, porque si eso ocurriera, votarían junto al PP y VOX, lo que podría hacer que saliera adelante. Eso significaría la convocatoria de nuevas elecciones. ¿Le interesa a Junts? Pues igual sí. Volverían de nuevo a las andadas y su pretensión no sería otra que la de aplicar “contra el PP, las cosas nos van mejor en votos”.

Si no hay moción de confianza, el huido ya ha dicho públicamente que “su grupo congelará las relaciones con el PSOE”. Lo que significa también que todo lo que está pendiente: presupuestos, salario mínimo, revisión de pensiones, ley de vivienda y una larga lista de temas que tienen que llegar al Congreso y necesitan de todos los votos de los grupos que dan apoyo parlamentario al gobierno, quedaría solo en propuestas.

Así que la cosa no está tan sencilla, ni mucho menos fácil. Para dar más credibilidad a su amenaza, Jordi Turull, el hombre de confianza de Puigdemont y secretario general de Junts, señalaba esta misma semana que lo que suceda con “la cuestión de confianza” no es inocuo, y si no se lleva a cabo, su partido “tendrá que tomar decisiones que no le gustarán al PSOE”. La consigna en su partido es el seguidismo a las decisiones del líder Puigdemont, como buenos niños. Decía Demófilo (seudónimo de Antonio Machado) que “El trueno asusta a los niños; las amenazas a los hombres tontos”.

Que Junts está haciendo todo lo posible para amargarle la legislatura al gobierno de Sánchez, no hace falta resaltarlo, es más que evidente. Los dardos del huido van dirigidos al PSOE y… ¿Sumar?, la otra parte del gobierno que está actuando como si no fuera con ellos, pero que, si le toca, interviene. Ante la posibilidad de elecciones y además de marcar perfil propio, Yolanda Díaz y su plataforma han levantado la voz criticando también al gobierno. Es como un Podemos rencoroso por quitarle el juguete de los ministerios. Lo grave es que Sumar cuente con cinco ministerios y alguna responsabilidad debe asumir en las cosas “malas” que hace su también gobierno. ¿Hablan Yolanda Díaz y Ernest Urtasun con los de Junts para bajarlos de la burra?

Estos días, la atención estará centrada, con permiso de la judicatura, que está muy ocupada, en si finalmente Puigdemont cumplirá con su amenaza de romper peras con los socialistas. No obstante, viendo lo cumplidor que es Puigdemont, esta vez tampoco cumplirá con su amenaza. El PSOE se juega el gobierno, que no es poco; él, en cambio, tiene la balanza de la justicia encima de su cabeza, y casi seguro, si el PP y VOX llegaran a gobernar, lo que es posible, su vuelta a Cataluña estaría más lejos. Por si fuera poco, tiene al Consell de la República pidiéndole cuentas de en qué se han gastado el dinero de la entidad su protegido Toni Comín.

Así que Puigdemont se lo ha de pensar mucho antes de ejecutar su amenaza de ruptura con el PSOE, porque hacerlo también tendría un coste muy alto para su persona. Pese a todo, los socialistas se han portado muy bien con él y todos los del procés, a un precio alto y no reconocido por los beneficiados. Como decía Quevedo: “El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien”.