¿Cómo ocurrirá el “cambio de régimen” en Venezuela?

Artículo de opinión sobre la actualidad en Venezuela


 

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Nicolás Maduro, en una imagen reciente. Foto: Europa Press

 

Mucho se ha hablado acerca de cuáles acciones puede ejecutar la comunidad internacional en apoyo a la lucha del pueblo venezolano, con el propósito de sacar del gobierno a Maduro y su camarilla. 

Pero, antes de entrar en el tema, es útil intentar responde la pregunta acerca de ¿por qué, si las tropelías del gobierno son conocidas desde hace años, es ahora cuando cobra fuerza la necesidad de actuar para deponerlo?

El primer elemento es que el país no contaba, entonces, con un liderazgo opositor sólido y confiable, tanto a lo interno como para la comunidad internacional, cosa que la presencia de la Asamblea Nacional del 2015 y de Juan Guaidó no pudo crear. Por supuesto, todos sabemos que eso cambió a partir del 2023 con la presencia de María Corina Machado y de los opositores genuinos que la acompañan.

El segundo elemento fue la ausencia de un pueblo organizado y dispuesto a luchar por su libertad, lo cual cambió con la creación de un movimiento popular fuerte, consciente y comprometido, que comenzó a conformarse con las elecciones Primarias, en octubre de 2023, que eligió a MCM como su líder indiscutible y que, pese a las arremetidas del gobierno, culminó con el aplastante triunfo de Edmundo González Urrutia (EGU) en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.

Un elemento adicional tuvo que ver con la debilidad de la administración Biden para tratar el tema de Venezuela, la cual resultó en la pérdida de efectividad de las acciones que se habían iniciado.

Así que, sin el requisito de un liderazgo claro y confiable y con un pueblo resignado, nadie se atrevió a ir más allá de unas sanciones económicas generales y algunas personales.

Allí radica la importancia de la gesta heroica de MCM, del nuevo liderazgo popular que se conformó a su alrededor y al de EGU, y del movimiento popular que construyeron, tal como la historia nos enseña. 

Como ven, la situación ahora es muy diferente, y por eso la esperanza se ha fortalecido, aunque muchos perciben que la solución podría “no ser para ya”.

La opción de la “intervención militar”, aunque se la disfrace como “humanitaria”, luce complicada. Al respecto, el propio Trump ha dicho que no desea iniciar nuevas guerras, por lo cual se descarta uno de sus mecanismos, como la Orden Ejecutiva presidencial, en cuya ausencia, una intervención militar requeriría la aprobación del Congreso, lo que tendría un costo político muy alto para los partidos que lo conforman. 

Así que, con la declaración de Trump de que “hay que cambiar el régimen” y de los principales miembros de su equipo, la tendencia dominante será tratar el tema del gobierno venezolano, como “un asunto policial, es decir, de aplicación de la ley”, para lo cual hay más argumentos y evidencias y tiene menos resistencia política y popular dentro de los Estados Unidos, en 14 de las 21 democracias Iberoamericanas y probablemente, también en la Unión Europea y la CPI, tomando en cuenta su nueva condición de gobierno ilegitimo por usurpación del poder. 

De modo que las acciones fuertes, apuntaría más bien a la captura y enjuiciamiento de los miembros de la camarilla gobernante. En ese contexto, aparece como legal la actuación de los grupos paramilitares y de “caza recompensas” norteamericanos para ejecutar esas capturas, o las acciones con el mismo propósito, de gobiernos u organizaciones privadas en cualquier parte del mundo.

Otras acciones previstas y en curso, y que cuentan con un amplio apoyo internacional, tienen que ver con el ataque a la red de narcotráfico controlada por el gobierno venezolano en la denominada “ruta del atlántico”, así como a la red financiera que blanquea los capitales obtenidos con ese y otros negocios como el contrabando y el tráfico de oro, diamantes, coltán, rodio, petróleo y, quizás, hasta de uranio.

También están, y no menos importantes, la eliminación de las licencias para negocios con el gobierno por parte de empresas privadas, petroleras o no, y a otros gobiernos, las sanciones personales de incautación de bienes, congelación de capitales privados y la eliminación de visas a sus socios, cómplices y testaferros, incluidas sus familias en el exterior, todo lo cual debilitará la capacidad operativa de los carteles.

Finalmente, está abierta la puerta para que el gobierno norteamericano, quizás con el apoyo de países europeos y de Iberoamérica, pueda jugarse la carta de negociar la entrega de Maduro y su gente, como moneda de cambio en su trato con Putin para poner fin a la guerra contra Ucrania.

Como se ve, el menú es amplio, incluye postre y la mesa está servida.

Debo insistir, entonces, en recordar que la esperanzadora situación actual, solo fue posible debido a la constitución de un liderazgo fuerte y confiable en manos de MCM, EGU, César Pérez Vivas, Juan Pablo Guanipa, Delsa Solorzano y muchos otros, incluidos los exiliados, y los ahora prisioneros y muertos por el régimen, así como del formidable movimiento popular que ellos promovieron y ayudaron a construir.

El reciente y contundente mensaje de MCM sobre los principios que deben guiar la lucha por la democracia, y las decisiones de la Unión Europea, no deja ningún espacio para la duda acerca de si estamos en el camino correcto.

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