La sexta oleada migratoria
"La situación planteada a partir del 10 de enero en Venezuela es otro sacudón emocional para la mayoría de la población. No hay convulsiones políticas sin consecuencias. Hay una psique colectiva, y ella se manifiesta ante las diversas situaciones"
La situación planteada a partir del 10 de enero en Venezuela es otro sacudón emocional para la mayoría de la población. No hay convulsiones políticas sin consecuencias. Hay una psique colectiva, y ella se manifiesta ante las diversas situaciones. Ante la nueva realidad, emigrar sigue siendo una opción para muchos venezolanos. Por cierto, afecta también incluso a los que están satisfechos con el estado de las cosas. Lo hemos afirmado en otras ocasiones: mientras la crisis política, económica y social continúe, lamentablemente ese expediente será al que muchos compatriotas recurrirán.
Ya son 25 años de un goteo emigratorio permanente. Cada crisis mayor durante estos años empuja una nueva oleada. La quinta oleada se originó con el apagón a escala nacional. La oscuridad llevó a miles de venezolanos en lista de espera a tomar la decisión migratoria. Fue un fuerte impacto para la mayoría. Muchos decidieron entonces, al igual que el surfista que espera su ola. Esa realidad, así como la situación que se planteó a partir del 28 de julio, son una chispa que abre las compuertas para que muchos tomen la decisión final de sus vidas: irse del país.
Las razones objetivas que empujan a las personas a tomar esa decisión varían. Lo que hizo que los sirios, los centroamericanos o los venezolanos decidieran irse tiene como rasgos comunes crisis, ingobernabilidad, miedo o deterioro económico. Lo que lleva a tomar la decisión final varía de acuerdo con cada realidad y con situaciones puntuales que afectan, asustan o hacen rendirse a quienes han soportado las dificultades de la vida cotidiana.
El proceso migratorio comienza desde el momento en que la persona se propone irse de su país. De allí en adelante empieza un amplio desarrollo de ideas, evaluaciones y toma de decisiones relacionadas con el proceso que lo llevará a sumarse a las corrientes migratorias. Así como reconocemos esto, insistimos en que la mejor manera de prepararse es evitar una decisión emotiva o impulsada por circunstancias ajenas a su voluntad.
En esta nueva oleada, que hemos denominado la sexta, países como Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil y Argentina serán de nuevo grandes receptores de venezolanos. Deberán confrontar las consecuencias de un proceso político y económico que fracasó, que es la razón objetiva por la cual estos ciudadanos buscan alternativas en otras partes. Además, son los venezolanos de las últimas oleadas los más vulnerables, los que tienen menos recursos, los que necesitan más de la solidaridad internacional.
Esta realidad obliga a estos países a prepararse, trabajar integralmente y diseñar políticas de reinserción. Organismos internacionales como la OIM deben estar alertas y trabajando con los gobiernos locales ante estas nuevas situaciones que se avecinan, y no esperar que las oleadas de ciudadanos comiencen a llegar.
Para una realidad inevitable también debe trabajarse internamente en procesos de ayuda para el futuro emigrante que requiere de orientación para iniciar un proceso como este. Se debe contar con apoyo especializado de asesores migratorios y organismos internacionales especializados. Así como la orientación y los programas de inserción de los países receptores son fundamentales, también lo es la familia que se queda como soporte de este proceso.
La preparación inicial para el aspirante a emigrar se puede resumir en buscar asesoría migratoria, estudiar las características del país de destino, evaluar su economía, conocer la tasa de desempleo y, si es profesional, investigar cuáles son los requerimientos de homologación. También es clave solicitar la respectiva visa, conocer los procedimientos para pedir residencia y preparar toda la información necesaria ante las autoridades migratorias.
Es una decisión de vida compleja, que mal evaluada, tal como lo hemos reflejado en textos publicados como "Inteligencia Migratoria", puede traer terribles consecuencias. El sacudón en esta patria venezolana es de largo alcance.
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