¿Por qué las administraciones son tan lentas con los trabajadores migrantes?

La burocracia que condena a la precariedad: el calvario de los trabajadores migrantes

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Trabajadora del hogar
Trabajadora del hogar

 

Empezamos la semana conociendo que, según CCOO de Catalunya, el 78% de los trabajadores que son atendidos por el Centro de Información para Trabajadores Extranjeros de la central sindical lo hace en situación irregular.

Por sectores, los más afectados, según las personas atendidas que trabajan irregularmente, son el ámbito del hogar (38,5%) y los servicios terciarios y la hostelería (35%). El sindicato ha concluido que el 73,5% del trabajo irregular se concentra en estos sectores, en los que las mujeres son mayoría entre los empleados en situación irregular.

Con estos datos aportados por CCOO, que se intuían pero no eran públicos, nos preguntamos qué está pasando. ¿Es que las empresas o las mujeres que trabajan en el servicio doméstico quieren que sigan trabajando en negro? Habrá algunos casos, pero son una minoría. El problema viene cuando las trabajadoras y trabajadores tienen que renovar el permiso de residencia. Ahí empieza el calvario para esas personas: un tour por oficinas, contactos con funcionarios, algunos de los cuales no ayudan mucho a facilitar las cosas. Se olvidan de que están tratando con personas con pocos recursos, que necesitan el sueldo para poder vivir y, en más de un caso, enviar algún dinero a sus familias. No es ninguna tontería, es un drama.

No es un caso aislado, son muchos los que se dan, y es hora de empezar a denunciarlos. En Esplugues de Llobregat, municipio del Baix Llobregat, en la provincia de Barcelona, una trabajadora del hogar lleva meses intentando que le faciliten el informe de arraigo laboral para obtener la residencia por trabajo, documentación necesaria para que la autoricen a trabajar. Para ello, necesita que le hayan ofrecido un contrato de trabajo. Eso parece ser lo que marca la ley.

Esta persona afectada pidió entrevistarse con alguien de los servicios sociales, cita que tardaron varios meses en darle (servicios ubicados en Can Vidalet, en el mismo municipio). Llegado el día de la reunión, la persona que la atendió —una mujer, por cierto— le indicó que, para obtener el informe, debía hacer un curso de catalán de dos meses de duración. ¿No se lo podían haber dicho antes? Hasta que no terminara el curso, no podrían darle “el papel”.

Pasaron los dos meses. Con el certificado de realización del curso en mano, fue a presentar la petición junto con la documentación requerida. Pasaron dos meses más y, ante el silencio del ayuntamiento, la afectada llamó para preguntar cómo iba su trámite. La respuesta fue que solo constaba la petición, pero que no había adjuntado la documentación. Por suerte, ella había guardado el documento sellado de entrega. Pero, aun así, le dijeron que no encontraban la documentación adjunta y que debía volver a presentarla. La afectada se tiraba de los pelos, porque, si no llega a llamar, ni se hubiera enterado. Y mientras tanto, el tiempo sigue pasando para ella. En total, dentro de dos meses hará un año desde el inicio del papeleo, y ella, ¿tiene que vivir del aire, de su familia o trabajar en negro?

Esta persona está haciendo lo que puede para sobrevivir, pero es indignante que haya funcionarios con tan poca sensibilidad, que realicen tan mal su trabajo y que, aun así, puedan dormir tranquilos cada noche. Algo habrá que hacer. Es cierto que no todos los funcionarios son iguales, pero también es innegable que hay demasiados que no cumplen con su trabajo.

Ante estos casos concretos, CCOO de Catalunya denuncia esta situación y reclama una regularización extraordinaria para las personas en situación irregular, además de garantizar que los trámites sean más ágiles.

El pasado 20 de noviembre se aprobó el nuevo Reglamento de Extranjería en España, cuyos objetivos son: menos trámites, más seguridad jurídica, más agilidad y mayor protección para los trabajadores. ¿Qué se pretende? Facilitar la integración de personas migrantes a través de tres pilares fundamentales: inclusión, formación y empleo, así como el fortalecimiento del vínculo familiar.

El problema es que, hasta el 20 de mayo de este año, no entrará en vigor. Cuatro meses más de espera y desesperación para los afectados.

En las administraciones, la rapidez no forma parte de su trabajo. Ya va siendo hora de que cambien los sistemas. Del aire solo viven los globos, no las personas que sufren la lentitud de las administraciones con trámites burocráticos largos y, en algunos casos, interminables por culpa de funcionarios incompetentes. ¡Agilidad, responsabilidad y compromiso, eso es lo que se necesita! Las personas no son números, tienen sentimientos y sufren.

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