Yolanda Díaz le vuelve a levantar la camisa a Pedro Sánchez

Formar parte de un gobierno significa apoyar las decisiones que vienen “impuestas” desde el gobierno de Europa, del que se forma parte. Pertenecer a la Unión Europea no es solo respaldar aquellas medidas que gustan o benefician a cada uno de los países que la integran, sino que, en muchas ocasiones, implica aceptar otras con las que no se está de acuerdo, pero que deben apoyarse.

Con la invasión de Ucrania por parte del gobierno imperialista de Putin, la llegada de Trump a la presidencia de EE.UU. y su actitud hostil y despreciativa hacia el viejo continente, los países integrantes de la UE, junto con Gran Bretaña, han decidido tomar la iniciativa e intentar ser autosuficientes. Para ello, como es sabido, han pedido un aumento del gasto militar para defenderse de posibles ataques, incluidas invasiones de Putin. Se trata de protegerse, no de atacar. Una decisión que, incluso aquellos que no creen en la violencia ni en las armas, apoyan. ¿Es malo pensar en defender a las personas? Creo que no, pero los intereses de partido y la búsqueda de votos suelen estar por encima de todo. Se ve cada semana o, mejor dicho, cada día.

Este jueves, el Congreso de los Diputados ha sido escenario de diferencias evidentes dentro del gobierno de coalición PSOE-Sumar, que mantiene visiones opuestas en un tema tan crucial como la política de Defensa de España. En otros asuntos también se han visto discrepancias. Sumar ha escenificado la fractura del Gobierno al votar en contra de aumentar el gasto militar y reforzar la seguridad europea. Un gesto que deja claro que, con Sumar y su populismo, no se puede contar. Máxime cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encontraba en Bruselas para participar en el Consejo donde se abordaba la nueva estrategia de defensa. La actitud de su socio ha dejado en evidencia a Sánchez, quien no ha podido mostrar unidad con su gobierno en este asunto tan importante, al que algunos califican de "carrera armamentista" para justificar lo injustificable. Sumar es selectivo en sus apoyos al Gobierno del que forma parte: solo está cuando se trata de medidas que pueden lucir.

La escenificación de la ruptura PSOE-Sumar se ha producido durante la moción presentada por el BNG, que incluía tres puntos: el rechazo frontal a los planes de la Comisión Europea de aumentar el gasto en Defensa, la oposición a que España contribuya a este esfuerzo y, en tercer lugar, la salida inmediata de España de la OTAN. La propuesta ha sido derrotada gracias a los votos del PSOE, PP, Junts, PNV y VOX. El resto de partidos ha votado a favor. ERC se ha abstenido en el punto referente a la salida de España de la OTAN.

Los partidos de ultraderecha, así como aquellos situados más a la izquierda del PSOE, como Podemos y Sumar, emplean una estrategia y un lenguaje populista que en nada benefician a la democracia, aunque quienes los utilizan crean que pueden sacar rédito de ello. Es posible que, a corto plazo, sí; pero, a medio y largo plazo, hacen un flaco favor. Afirmaba el príncipe de la paradoja, el filósofo G.K. Chesterton, que «para corromper a un individuo basta con enseñarle a llamar derechos a sus anhelos personales y abusos a los derechos de los demás», algo que los populismos actuales parecen "ignorar".

La democracia sigue siendo el mejor sistema. Los regímenes autoritarios pagan a grupos de presión sumas importantes de dinero para lavar su imagen y hacer parecer que sus dictaduras son democracias, presentándolas como tales tras celebrar elecciones completamente manipuladas. El último ejemplo: Venezuela.

El peligro actual es el populismo, tanto el de ultraderecha como el de las izquierdas "puras", aquellas que llegaron para cambiar el sistema y lo único que han hecho es incorporarse a él con un fin muy concreto. El populismo utiliza y busca exacerbar los problemas sociales para manipular a la mayor parte de la sociedad. Se alimenta del odio, el resentimiento y el miedo, ingredientes que encuentran un caldo de cultivo propicio. Afirmaba G.K. Chesterton que «el mundo está lleno de hombres que sostienen dogmas con tanta firmeza que ni siquiera se dan cuenta de que son dogmas».

Este jueves, en el inicio de la primavera, la fecha no invita precisamente a la alegría, la concordia y la unión de esfuerzos. Solo el PP ha tenido el sentido común (por recomendación de los populares europeos) de ejercer como un partido de oposición responsable (¿por cuánto tiempo?). Lo mismo que el PNV y, sorprendentemente, hasta Junts (¿a cambio de qué?).

El papel de Sumar ha dejado en una posición incómoda al presidente del Gobierno, quien ha intentado disimular el golpe de Yolanda Díaz. La guerra interna continuará en el Gobierno, aunque algunos traten de ocultarlo y sigan tragando sapos.