Bien empieza la semana al conocerse, en la mañana de este lunes, que Marine Le Pen, la líder de la extrema derecha francesa, que ha sido declarada culpable de fraude en un vasto sistema de malversación de fondos del Parlamento Europeo y se le ha prohibido postularse a un cargo electo con efecto inmediato. Esto significa que Le Pen no podrá presentarse como candidata a las elecciones presidenciales de 2027.
La sentencia ha supuesto un terremoto político para Le Pen, líder del partido ultraderechista y antiinmigración Agrupación Nacional (RN), que ya estaba preparando su cuarta campaña para "convertirse" en presidenta de Francia. Las encuestas hasta ahora la daban como posible ganadora, aunque dos años son mucho tiempo, y con la sentencia, esa posibilidad queda descartada.
Como era de esperar, el RN, el mayor partido del Parlamento francés, ha reaccionado con indignación, calificando la sentencia como una farsa y un ataque a la democracia, con el apoyo de algunos políticos de la derecha tradicional.
La sentencia implica a Marine Le Pen y a 24 miembros del partido, incluidos 9 exeurodiputados y sus 12 asistentes parlamentarios, que fueron declarados culpables de un extenso plan de muchos años para malversar fondos del Parlamento Europeo. Se utilizó dinero destinado a los asistentes parlamentarios para pagar, en su lugar, a trabajadores del partido en Francia.
El sistema de empleos falsos abarcó los contratos de asistentes parlamentarios entre 2004 y 2016, con una pérdida de 4,5 millones de euros de fondos públicos europeos. Los asistentes pagados por el Parlamento Europeo deben trabajar directamente en asuntos parlamentarios, algo que, según los jueces, no ocurría.
Le Pen podrá seguir en su puesto actual como diputada en el Parlamento francés, pero no podrá ser candidata. Al parecer, el presidente del partido, Jordan Bardella, de 29 años, podría ser el candidato elegido tras la condena. Que Le Pen no sea candidata no significa que no pueda entrar en un hipotético gobierno como primera ministra en caso de ganar los comicios
La sentencia ha puesto muy nerviosa a la ultraderecha europea, puesto que ha quedado al descubierto que la transparencia, la buena gestión y el respeto a las leyes que proclama Le Pen no se ajustan a sus acciones, ni a sus afirmaciones de ser “los más honrados del universo”. ¿Fraude? Es evidente que sí, según indica la sentencia. La mujer que lideraba hasta ahora la ultraderecha europea ha visto cómo su carrera política ha llegado a su fin tras varios años de investigación. Según había explicado, no se sentía culpable y estaba convencida de que iba a ser absuelta. Lo que no esperaba era que, en esta ocasión, la separación de poderes sí funcionara y que a sus señorías no les temblara la mano ante las presiones.
Como era de esperar, algunos líderes de la ultraderecha han reaccionado de inmediato. Entre los primeros, el primer ministro húngaro Viktor Orbán escribió en redes sociales: "¡Soy un Marine!". Matteo Salvini, viceprimer ministro y líder de la Liga (de la misma ideología que Le Pen), afirmó: "¡No nos dejamos intimidar, no nos detenemos: a toda velocidad, amiga!". Y, como no podía ser de otra manera, el líder de Vox, Santiago Abascal, se manifestó escribiendo: "Yo apoyo a Marine". Hasta el momento, la causa no ha traído más adhesiones, aunque seguirán llegando.
La justicia ha demostrado el fraude de Le Pen durante años. La sentencia es un jarro de agua fría para la máxima exponente de la ultraderecha xenófoba europea, un golpe que deja en muy mal lugar al resto de líderes de los partidos “hermanos”.
Al final, de vez en cuando, una sentencia de este tipo anima a pensar que aún hay jueces que imparten justicia. Porque “si robas el dinero de los franceses, lo que puedes esperar es ser castigada”, aunque muchos no lo crean.
Por cierto, ¿están nerviosos algunos partidos por si los investigan? Dice un refrán: “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”.
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