Un Picasso para la Expo de Osaka

Del mismo modo que el Guernica de Picasso fue una denuncia del bombardeo alemán de la ciudad vasca en la Expo de Paris de 1937, es necesario que un nuevo Picasso haga lo mismo en la Expo de Osaka 2025 en memoria de los más de 50.000 muertos inocentes de Gaza

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Foto: Europa Press

 

Toda obra de arte es una forma de expresión humana que no es vacua porque siempre conlleva, implícita o explícitamente, algún mensaje. Puede expresar fe religiosa, ideología política, poder, riqueza, leyendas, sueños, acaso alguna forma de publicidad, en fin, una variedad infinita de contenidos más o menos subliminales pero que subyacen tras la belleza de la creación humana. Y, por supuesto, también puede ser una eficacísima herramienta de denuncia, un grito contra la opresión, la falta de libertad, la injusticia, y, desde luego, una condena de cualquier tipo de crimen contra el hombre o la naturaleza, una debelación de la guerra y una repulsa de la matanza de inocentes.

En el contexto de la inmensa obra de Picasso destaca su Guernica como uno de los ejemplos más emblemáticos de esta función de la obra de arte. Fue así como en el verano de 1937 y con un gigantesco lienzo de Picasso en el pabellón de España en la Exposición Universal de Paris se manifestó el rotundo repudio del bombardeo alemán de Guernica. El pintor malagueño consiguió con esa obra emblemática una repercusión mayor que todas las demás denuncias y, sobre todo, aseguró la perdurabilidad de aquel mensaje. El Guernica de Picasso, hoy en Madrid, es la expresión más vibrante de la reprobación de cualquier guerra y de la muerte más allá de cualquier circunstancia.

Nos viene ello a la memoria a propósito del inicio en la ciudad japonesa de Osaka una nueva Exposición Universal a la que con toda seguridad acudirán millones de visitantes. Una oportunidad inmejorable para que todos ellos disfruten de sus numerosos alicientes pero, a la vez, una ocasión excepcional para que, recordando lo que hizo Picasso en 1937, algún artista valiente refleje todo el dolor y el sufrimiento producido por la injusta muerte de más de 50.000 gazatíes inocentes y la indignación que este hecho criminal ha suscitado en todo el mundo. Un verdadero genocidio hasta hoy impune y del que son corresponsables de quienes lo están cometiendo las potencias y los organismos internacionales, que nunca han ido más allá del bla bla bla, pero no han sabido, podido o querido llevar a cabo ninguna acción eficaz para detenerlo.

Constatamos que la Expo de Osaka cuenta con la participación de Palestina y confiamos en que el pabellón del país mártir reservará un lienzo de pared libre para que ocupe su lugar la obra del artista que sea capaz de actuar como un nuevo Picasso y expresar el dolor y la indignación por lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en Gaza. Y si no lo hubiere, que quede en blanco, o mejor aún, que alguien se moleste en escribir el nombre de todas y cada una de las víctimas producidas por las bombas caídas desde el inicio de la agresión en la franja de Oriente Medio. Y si no lo hiciese Palestina, que lo tome en sus manos el expositor que demuestre mayor dignidad.

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