“Obascal” se ofrece para mediar y Montero tiene la solución contra Trump

No hay que preocuparse: dos salvadores aparecen en la política española 

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Irene Montero y Santiago Abascal
Irene Montero y Santiago Abascal - CANVA PRO

 

En estos días de zozobra, donde Trump está poniendo al mundo patas arriba, con cambios importantes en el comercio global, la geopolítica cambiante, los posibles pactos que pueden cambiar tantas cosas y, además, las dos guerras en Ucrania y Gaza, la verdad es que las cosas no están como para tirar cohetes.

No hay que preocuparse, porque las cosas están a punto de cambiar ante la aparición de dos salvadores del universo que han dado un paso adelante para postularse a resolver los problemas: Santiago Abascal e Irene Montero. El primero declaraba que “desgraciadamente no tenemos la responsabilidad de gobernar, pero estamos dispuestos a tener una interlocución con el gobierno de Estados Unidos para lo que sea necesario”.

“Obascal”, como le llama su jefe, saca pecho al ofrecerse a mediar, pero no es capaz de condenar los aranceles que tanto van a afectar a la España que él dice defender. Pero ahí está, sacando pecho. Como diría Salvador Dalí: “Lo que importa es sembrar confusión, no eliminarla”. Eso es lo que está tratando de hacer: el patriota por la pasta.

Mientras tanto, que tiemble Trump, porque Irene Montero ha aparecido en escena de la mano de Ione Belarra (la voz de su amo, Pablo Iglesias), que este domingo anunciaba que Irene Montero será la candidata a las elecciones generales, que teóricamente serán dentro de dos años. Viendo la escenificación, todo parece indicar que Pablo Iglesias está maniobrando para que las generales se adelanten. ¿Cómo lo hará? Muy sencillo: no dando los votos de Unidas Podemos al gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso, facilitando que las propuestas del gobierno no salgan adelante por falta de apoyos. Una táctica que deja bien claro que el país le importa un pepino y que se circunscribe al recinto de su casoplón.

El partido de Pablo Iglesias anunciaba a bombo y platillo, en sus inicios, que había llegado a la vida política invirtiendo la toma de decisiones: de abajo arriba, y no como sucedía con los partidos de siempre. Resulta que eso duró lo que un caramelo en la puerta de un colegio. Las cosas cambiaron, quizás porque, cuando subía el ascenso de las propuestas de abajo arriba, este quedó atrapado en la cúspide, no se arregló y allí quedó anclado sin que nadie reclamara arreglarlo. Eso nos recuerda la famosa frase de Alfonso Guerra: “quien se mueva no sale en la foto”. Y así sucedió.

La escena protagonizada por Belarra es de un cinismo que marca época. La “líder” de Podemos pedía a la superwoman Irene Montero que lidere una candidatura de izquierdas para las próximas elecciones. Propuesta que ella ha aceptado. ¿Lo dudaba alguien? La comedia seguía cuando Belarra afirmaba: “Por la paz y contra el régimen de guerra. Sé que es pedirte mucho. ¿De verdad que es un sacrificio? Pero estamos en un momento crítico y solo una mujer pacifista y valiente va a hacer la tarea que hay por delante.” Dichas las palabras, recibió el aplauso de todo el coro celestial, o palmeros que se hallaban presentes.

¿Que Montero es persona de paz? Que se lo digan a las mujeres que se han visto perjudicadas por la famosa ley del “sí es sí”, cuyos agresores se ven beneficiados por las rebajas de penas. Ha sido la peor ministra del gobierno. Montero y compañía han conseguido dividir a las feministas. ¿Mujer de paz? Que se lo digan a Yolanda Díaz, que lo que está haciendo es vengarse de ella porque se la sacó de encima. Que Montero quiere liderar una candidatura de izquierdas, pero sin negociar quién la encabeza, sino imponiéndola y esperando que los demás se sumen a ella. ¿Por qué no se consulta a las bases? Porque Pablo Iglesias es el terrateniente de Podemos y controla el partido desde dentro y desde fuera. Iglesias le ha cogido gusto al dinero y se ha convertido en “empresario”, diversificando el negocio sin perder el control del partido: como tenía pensado, al final su mujer será cabeza de lista sin ser elegida por “las bases” ni por los posibles partidos que se unan a la farsa.

Muchas personas se preguntarán: ¿no hay personas cualificadas en Podemos para ocupar ese puesto, que siempre tiene que ser ella? No. Montero es la única “heroína” que se va a enfrentar a Trump, y que empiece a temblar, porque ella tiene la receta para cargárselo. “Cuanto menos talento poseen, más orgullo, más vanidad y arrogancia tienen. Pero todos esos tontos encuentran otros tontos que les aplauden”, decía Erasmo de Róterdam.

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