“Donde hay patrón Sánchez, no manda marinero Marlaska”

El presidente desautoriza a Marlaska para evitar una crisis con Sumar y preservar su imagen internacional frente al conflicto entre Israel y Palestina

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Pedro Sánchez y Fernando Grande Marlaska
Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska - EP

 

“Donde hay patrón, no manda marinero”, dice un refrán popular que tantas veces se utiliza para justificar cuando a alguien se le desautoriza. Duele mucho al que sufre la acción y solo le quedan al ofendido dos cosas: tragar saliva y esbozar una leve sonrisa tan forzada que parece poco creíble, o pronunciar la famosa frase. Una de las dos opciones es la que ha debido adoptar el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuando ha sido oficialmente desautorizado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rescindir de forma unilateral el contrato de compras de material armamentístico a Israel. El motivo: la “rebelión” de la otra parte del Gobierno, representada por Sumar, que estuvo todo el miércoles amenazando con romper la coalición y dejar en evidencia al propio presidente del Gobierno.

Marlaska aprovechó la Semana Santa para sacar adelante la compra de balas a la empresa Guardian Defense & Security, a la que no era la primera vez que se le compraba algún tipo de material. Ya en 2020 se realizó la primera adquisición, al presentar la empresa la oferta económica más ventajosa para la compra de 15 millones de balas para pistolas de la Guardia Civil, que precisamente había comprado a la misma empresa en 2016 unas 9.216 pistolas. En esas fechas no existía el conflicto actual entre Israel y Gaza.

La postura de Marlaska, que había consultado con la Abogacía del Estado la posibilidad de romper el contrato de compra, fue clara: le aconsejaron mantener el pedido, porque si se rompía unilateralmente habría que pagar una indemnización. Así se lo explicó al presidente Sánchez, que, debido a las protestas de sus socios, debió pensar que mayor sería el coste si se rompía el pacto con Sumar, que había amenazado con dejarlo tirado y salir del Gobierno si no se cancelaba el contrato. Así que, ante esa posibilidad, mejor decirle a la empresa que no se compraría el material encargado. ¿Se ha creído el presidente que Sumar iba a romper el pacto? Solo ha sido una pose. Estar en el Gobierno no es algo que estén dispuestos a dejar; lo viven muy bien. Yolanda Díaz y sus colegas ministros están encantados de serlo. La actitud de Yolanda Díaz y los de IU ha sido solo una pose de cara a la galería, es decir, a sus votantes, que están bajando. Amenazan, pero no rematan.

Pedro Sánchez es el líder europeo que más se ha significado en su apoyo a los palestinos y ha criticado duramente al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, por sus ataques indiscriminados contra la población civil, a la que está matando y pretende expulsar de sus tierras a quienes aún quedan, después de más de 60.000 muertos. Un genocidio por el que el mundo clama, pero por el que poco se hace para lograr esa paz que tanto se invoca.

El presidente Sánchez ha decidido renunciar a comprar material armamentístico, pero más por su imagen internacional, que podría quedar dañada por la contradicción de erigirse como líder europeo en el rechazo a Israel y el reconocimiento de Palestina como Estado. Perder prestigio en el panorama europeo (es, además, líder de los socialistas europeos) es algo que no se puede permitir. No han sido las presiones de sus socios de coalición, sino su propia decisión y algunas pocas voces de dirigentes socialistas.

Los representantes de IU han sido los más duros con el Gobierno. Ahora, después de la marcha atrás de Sánchez, se quedan tranquilos y pueden vender su triunfo “sobre” el presidente del Gobierno.

Estar en un gobierno y pertenecer a la UE no es tarea fácil cuando se juega un doble papel: gobierno y oposición. Es el caso de los socios de Sumar, que son gobierno cuando les conviene y oposición cuando tienen que aceptar determinados posicionamientos. Los beneficios son para ellos; los marrones, para “el Gobierno del PSOE”. Alguien dijo que “los únicos hipócritas honestos son los buenos actores”.

La situación, aparentemente, de “repliegue” de Pedro Sánchez y la desautorización al ministro Marlaska muestran que la situación en Moncloa anda caliente. ¿Dimitirá Marlaska? ¿O, sencillamente, pronunciará la frase “Donde hay patrón, no manda marinero” y seguirá como si no hubiera pasado nada? Es una situación normal de la política…

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