Salvador Illa ya está perfilando su nuevo ejecutivo. Los tres pesos pesados hasta ahora son  la futura consellera de Economía, Alicia Romero, que ya llevaba este área en el grupo parlamentario socialista; y Núria Parlón, hasta ahora alcaldesa de Santa Coloma y que ocupará la conselleria de Interior, donde la gestión de los Mossos se ha erigido como uno de los temas controvertidos que tendrá que afrontar el nuevo ejecutivo catalán. El tercer nombre es la pata política: el conseller de Presidència que será Albert Dalmau, ahora gestor del Ayuntamiento de Barcelona.

 Alicia Romero será una persona clave porque deberá negociar con la vicepresidenta de Hacienda, Maria Jesús Montero, el nuevo cupo catalán, la clave de bóveda del pacto con ERC para cerrar la investidura. 

En el nuevo Govern de la Generalitat las consellerias de Educació y Salut serán fundamentales; y, en el contexto de continuidad, los puestos estratégicos son Igualtat i Feminismes, una conselleria que Illa se ha comprometido a mantener, y Llengua Catalana, que debería tener rango de departamento. Algunas fuentes apuntan a que Illa se podría decantar porque fuese una viceconselleria, como ocurre en el Gobierno vasco, porque no quiere ampliar el número de departamentos, según apuntan fuentes del PSC. 

Hay tres puestos estratégicos que ya están decididos, aunque formalmente no son consellers. Uno es el secretario de Govern, que es el máximo responsable jurídico de la Generalitat. Participa en el Consell Executiu, pero no tiene voto. Para ese puesto, Illa ha escogido a Javier Vilamayor. Vilamayor es originario de Tarragona y actualmente desempeña el cargo Coordinador General de la Diputació de Barcelona. El tercero es el director general de Policía, el responsable político de los Mossos, un papel que asumirá el anterior Major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, quien está enfrentado con la actual cúpula policial. Para dirigir su oficina, el equivalente a un jefe de gabinete, Illa ha escogido a Eduard Rivas, actual alcalde de Esparraguera. En esta situación se ve el municipalismo del PSC como cantera para ocupar cargos en el nuevo Govern de la Generalitat.

A la hora de pensar cómo será el nuevo Govern de Salvador Illa para la Generalitat la cantera de nuevos consellers saldrán del mundo del municipalismo y el Govern en la sombra que creó el PSC durante los años que ha pasado en la oposición. 

De ahí que en las quinielas suenan dos mujeres para las principales consellerias de servicios públicos, para la conselleria de  Salut una candidata que sonaba en las quinielas era la doctora Olga Pané, antigua gerente del Hospital del Mar y que fue una colaboradora estrecha de Illa durante la pandemia. Pane es independiente, no milita en el PSC. Pero fué la misma Pané, actual presidenta del Consell Assessor del Cercle de Salut, quién confirmó hace unos días en una entrevista con Redacción Médica que no será consellera de Salut. "Me he jubilado, estoy en otra etapa y ahora le toca a gente más joven", ha asegurado, a pesar que era la preferida de Illa en 2021.

De ahí que el nuevo nombre  favorito para esta cartera de Salud sería  Vicente Martínez Ibáñez, que fue gerente de los hospitales Vall d’Hebron y Josep Trueta y hoy es director científico del Instituto de Investigación de Ciencias de la Salud de Castilla-La Mancha. Y fue elegido por el mismo Illa como médico y asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Ministerio de Sanidad y Consumo en 2020. No obstante, hay otros nombres sobre la mesa, como Assumpció Laïlla, Manel del Castillo y Sara Jaurrieta.

Mientras en las quinielas de la conselleria de Empresa y Trabajo aparece Jordi Valls, que ya fue conseller de Trabajo e Industria en 2006, y ahora es el cuarto teniente de alcalde de Barcelona y responsable del área de Economía, Hacienda, Promoción económica y Turismo. Además, ha ocupado cargos de alta dirección en el Puerto de Barcelona y ha sido director general de Mercabarna. Su salida del consistorio podría facilitar la entrada de ERC en el equipo de gobierno municipal liderado por Jaume Collboni.

EL SOTTOGOVERNO SE PERFILARÁ DESPUÉS DEL VERANO

Tras la configuración del Govern, será el turno, ya a la vuelta de las vacaciones, de renovar el sottogoverno, la multitud de altos cargos de la Administración de confianza del Ejecutivo de turno. Son cerca de 600, entre los secretarios generales y directores generales, personal eventual y los directivos de entidades públicas. En este segmento de la administración es donde se espera un gran cambio de nombres y sillas porque suelen cambiarse cuando llega un nuevo partido a la presidencia de la Generalitat.

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Pero Illa también quiere a su alrededor un núcleo de dirigentes contrastados en el PSC porque está convencido de que su experiencia puede ser la mejor garantía para que funcione su gobierno monocolor. Y en este contexto hay cuatro dirigentes de los socialistas catalanas que destacan; son Alícia Romero, Lluïsa Moret, Núria Parlon y Núria Marín. Las dos primeras ya están confirmadas como futuras conselleras. La tercera todavía es una incógnita que cargo puede ocupar tras ser designada senadora.

Nuria Marín, como decíamos, no está confirmada en el gobierno de Illa. Pocas dirigentes en el PSC pueden presumir de su experiencia, puesto que fue durante 16 años alcaldesa de L’Hospitalet (la segunda ciudad más poblada de Cataluña) y optó por anunciar el fin de su etapa tras obtener los socialistas la victoria en las autonómicas. Esta secuencia disparó de inmediato las especulaciones sobre su posible presencia en el futuro Govern.

Hay una cuarta peso pesado del PSC que no estará en el Govern, pero que seguirá teniendo una enorme importancia en la maquinaria de Illa. Se trata de la viceprimera secretaria del PSC y presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret, principal artífice del pacto de investidura con ERC tras su negociación con Marta Rovira. Moret seguirá asumiendo los mandos del partido y en muchos momentos no será la mano derecha de Illa en el PSC, sino que lo será todo.

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También conforma el Govern Alternatiu, como secretario de Justicia, Ferran Pedret. Persona de confianza de Illa, y licenciado en Derecho, ha ejercido de abogado y ha tenido algunos cargos en la Administración local. Diputado del Parlament desde 2012, su perfil es del agrado de los sindicatos de prisiones para liderar la nueva etapa de Justicia, en un contexto marcado por la creciente violencia en las cárceles catalanas, que recientemente dejaron la primera muerte de un funcionario –Núria, cocinera de Mas d’Enric– a manos de un reo.

Ramón Espadaler quién dentro del Govern Alternatiu ha tenido un papel relevante aportando su experiencia frente a la cartera de Interior también esta por decidir su destino como líder de Units per Avançar, una coalición que ha funcionado muy bien a la hora de afrontar todos estos años de oposición. En la cantera de este partido hay muchos perfiles profesionales listos para asumir las responsabilidades que Salvador Illa quiera encomendarles.

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