El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha afirmado que se establecerá una nueva financiación para Catalunya conforme a los términos acordados con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y en el calendario pactado. Durante su intervención en la apertura del Debate de Política General (DPG) en el Parlament, Illa destacó que este acuerdo de financiación singular "no va en contra de nadie", sino que fomenta la solidaridad y es respetuoso con el resto de las Comunidades Autónomas.
Illa anticipó que alcanzar un consenso en materia de financiación no será fácil, pero confía en que el proceso se facilite con el "amplio apoyo" del Parlament, que reiteró como fundamental. Además, hizo un llamado a todos los actores involucrados a participar en un "debate riguroso" y basado en argumentos sobre el modelo de financiación que el PSC ha acordado con ERC para su investidura. "Pedimos a todo el que quiera y pueda ayudar a hacer pedagogía y a actuar con rigor", añadió.
El presidente también subrayó que la confrontación entre territorios y la división entre el sector público y el privado no son soluciones viables ni en Europa, ni en España ni en Catalunya. Illa abogó por un modelo económico de "prosperidad compartida", enfatizando su compromiso de "no dejar a nadie atrás" frente a modelos excluyentes que solo benefician a unos pocos.
Evitar la palabra 'cupo'
Un aspecto notable en el discurso de Illa y en las declaraciones de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es la omisión deliberada de la palabra "cupo". Tanto Illa como el PSOE parecen evitar este término, ya que su inclusión podría generar un rechazo considerable en otras comunidades autónomas y en el conjunto de la opinión pública española. El "cupo", que en términos generales se refiere a un sistema de financiación que permite a una comunidad autónoma gestionar sus propios recursos fiscales, ha sido objeto de controversia y críticas en el pasado, lo que hace que su mención pueda suscitar tensiones políticas.
Al enfocarse en un "modelo de financiación singular" sin aludir directamente al "cupo", Illa y Montero intentan suavizar la percepción del acuerdo, presentándolo como una medida de solidaridad y colaboración entre comunidades. Esto es especialmente relevante en un contexto donde las relaciones entre Catalunya y el resto de España han sido históricamente tensas, y cualquier atisbo de privilegio fiscal para la comunidad catalana podría interpretarse como un ataque a la equidad territorial.
Illa criticó las rebajas fiscales y el "desmontaje" de los servicios públicos que, según él, algunos están llevando a cabo en otras comunidades. Su enfoque se centra en construir un sistema que beneficie a toda la población, en lugar de a un grupo selecto.
¿Qué contempla el acuerdo?
En relación a los detalles del acuerdo, Montero aclaró que el pacto entre el PSC y ERC para la financiación singular de Catalunya contempla, por el momento, la recaudación del IRPF. Montero subrayó que la intención es extender este acuerdo a otros impuestos en el futuro. Sin embargo, advirtió que cualquier elemento que no esté incluido en el acuerdo actual no ha sido ni pactado ni decidido, y que la implementación dependerá de las normativas que se desarrollen más adelante.
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