Lío en ERC: el partido tumbó el informe que responsabilizaba a Moya de los carteles de los Maragall

El pasado martes 15 de octubre salió a la luz un informe de julio, elaborado por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), sobre el escándalo de los carteles de los hermanos Maragall que se colgaron en una acción coordinada desde la sede nacional del partido como una maniobra de falsa bandera antes de las elecciones municipales de 2023. El informe, entre otras cosas, acusaba al entonces jefe de comunicación del partido, Tolo Moya, de haber coordinado la acción, y también afirmaba que Oriol Junqueras fue informado al respecto. Ambos implicados han negado desde el principio su participación, y ayer, tanto Moya como el entorno de Junqueras, volvieron a desmentirlo.

La filtración de este informe es otro capítulo en la guerra interna que se vive en la previa del congreso nacional que se celebrará a finales de noviembre, donde se decidirá quién liderará el partido en los próximos años: si Oriol Junqueras, su antiguo presidente, u otro de los líderes de las tres candidaturas rivales.

El informe, fechado en julio y firmado por Xavier Mombiela, de la comisión de Cumplimiento del partido, estaba previsto que se mantuviera en secreto y se hiciera público solo cuando estuviera finalizado. Entonces, ¿por qué no se conoció hasta ahora, y solo se ha filtrado recientemente? La respuesta parece clara: el informe aún no es definitivo. Según informó Catalunya Ràdio, el Comité de Garantías del partido rechazó el informe por estar incompleto y carecer de pruebas concretas. Además, el informe señalaba que no existía una “estructura B”, no censuraba las “campañas de contraste” —nombre que los republicanos han usado para referirse a acciones como la de los carteles o el envío de mariachis a la sede de Junts—, aunque sí admitía que los carteles no fueron una buena idea.

Por ahora, este informe sigue en fase de redacción, y las conclusiones que ayer se hicieron públicas, que implicaban a Tolo Moya y otros, no son oficiales. Aunque el consejo nacional del partido lo aprobó, fue este mismo órgano de ERC, y no las partes implicadas, el que lo rechazó, solicitando a Mombiela más detalles en la investigación.

Desde el entorno de Oriol Junqueras se asegura que no se trata de un informe técnico, sino político, y que en el apartado donde se menciona que el expresidente del partido estaba al tanto de los hechos, la candidatura Militància Decidim —liderada por Junqueras— afirma que solo se escuchó el testimonio de Marta Rovira y que no se llamó a Junqueras a declarar. La falta de pruebas en este informe también ha sido criticada por el propio Tolo Moya, quien ha solicitado en varias ocasiones aportar documentación y testigos que aclaren los hechos, pero alega que desde ERC se han negado a escucharlo para, según él, "encubrir al verdadero responsable". Moya acusa directamente a Sergi Sabrià, exjefe del departamento de comunicación del partido y posteriormente vicesecretario de Comunicación del gobierno de Pere Aragonès.

"Respeto y responsabilidad"

Así las cosas, la formación ha pedido este miércoles 16 "respeto y responsabilidad" a todas las personas implicadas en el proceso de su congreso, que se celebrará el 30 de noviembre, y ha emplazado a que se trabaje, textualmente, de forma positiva y de acuerdo con la normativa ética del partido.

En un comunicado, la formación ha emplazado a que, durante el periodo de recogida de avales que se alargará hasta mediados de noviembre, el debate se centre en la presentación de las diferentes propuestas políticas para el futuro del partido.

Para los republicanos, mantener el respeto a la organización es necesario, textualmente, para dotar de seguridad jurídica a los resultados del proceso congresual.

"Es momento para debatir sobre estrategias, ideas y planteamientos futuros que haga cada precandidatura", subraya la formación.