Los oscuros secretos de Yolanda Díaz: Errejón y el asesor pedófilo que protegió

Los oscuros secretos de Yolanda Díaz: Errejón y el asesor pedófilo que protegió

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Íñigo Errejón y Yolanda Díaz
Yolanda Díaz e Íñigo Errejón - Canva Pro - EP

 

La reciente dimisión de Íñigo Errejón como portavoz de Sumar y su renuncia a la política institucional, motivada por acusaciones de abuso sexual, ha puesto en el centro de la controversia a Yolanda Díaz, líder de la coalición. Esta situación, marcada por el testimonio público de la actriz Elisa Mouliáa, ha sacudido los cimientos del partido y cuestionado la transparencia y responsabilidad de su liderazgo, ya que las acusaciones contra Errejón, según han señalado figuras de la izquierda, se conocían en el ámbito político madrileño.

Díaz, quien ya ha tenido que enfrentar situaciones comprometedoras en el pasado, está siendo objeto de cuestionamientos por su posible conocimiento o, al menos, intuición sobre el comportamiento de Errejón. A pesar de que Sumar ha asegurado que la denuncia de Mouliáa y otros rumores en redes sociales eran desconocidos hasta esta semana, las declaraciones de figuras como María Eugenia Rodríguez Palop, exmiembro de la ejecutiva de Sumar, sugieren que era sabido que Errejón acumulaba rumores sobre su comportamiento. Rodríguez Palop ha señalado en la 'Cadena Ser' que, aunque no se trataba de una denuncia formal, los rumores venían desde hace meses, incluso antes de la elección de Errejón como portavoz.

Por otro lado, Díaz arrastra una polémica previa en su carrera política. En 2009, cuando ejercía como representante de Izquierda Unida en Galicia, decidió mantener en su equipo a un asesor sospechoso de consumo de material pedófilo en un ordenador del partido. Este asesor, Ramiro Santalices, fue finalmente detenido en 2016, tras descubrirse que continuaba accediendo a contenido de esta índole. La decisión de Díaz de no apartar a Santalices en su momento generó críticas por encubrimiento y por un liderazgo que, según algunas voces, priorizó la lealtad interna sobre la transparencia.

La trayectoria de Díaz en el ámbito de la izquierda la coloca en una posición de gran visibilidad y, en este caso, de vulnerabilidad ante los desafíos que la cultura organizacional de su partido enfrenta. La secretaria de Comunicación de Sumar, Elizabeth Duval, reconoció la posibilidad de que el equipo de Díaz no prestara suficiente atención a las señales tempranas sobre el comportamiento de Errejón. Esta autocrítica se ha unido a las palabras de Antonio Maíllo, coordinador federal de IU, quien enfatizó la necesidad de responsabilidades internas, abriendo la puerta a una revisión de los procesos internos de la formación.

Desde Vox y otros sectores de la política han exigido explicaciones más concretas. La diputada de Más Madrid, Loreta Arenillas, que había sido alertada de otro incidente similar previo sobre Errejón, también ha sido llamada a declarar, y Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, apuntó que en círculos madrileños ya existía una denuncia previa contra el exdiputado, sugiriendo una red de silencios alrededor del comportamiento de Errejón.

Un liderazgo bajo la lupa

Yolanda Díaz enfrenta ahora el reto de demostrar su capacidad de reacción y gestión en situaciones de crisis, y cómo su liderazgo maneja las consecuencias de su asociación con figuras cuyo historial pudiera haber estado marcado por señalamientos de comportamiento inapropiado. Díaz, quien asumió el liderazgo de Sumar con una propuesta de cambio y renovación en la izquierda española, deberá responder a las voces críticas que señalan tanto el encubrimiento de denuncias internas como el impacto en la percepción de integridad de su coalición.

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